La mañana de este lunes se confirmó la muerte de Josette Garro, vecina de Aserrí de apenas 25 años, cuya historia había tocado profundamente a miles de costarricenses tras darse a conocer en redes sociales.
Josette, madre de una niña de seis años, había relatado en varias ocasiones el complejo cuadro de salud que enfrentaba.
Según compartió, una bacteria comprometía gravemente su hígado y sus riñones, lo que la llevó a un deterioro acelerado.
En tan solo un mes perdió cerca de 20 kilos, situación que no solo transformó su estado físico, sino también su cotidianidad.
El caso generó una respuesta solidaria que trascendió fronteras cantonales. Vecinos, amigos y hasta desconocidos se organizaron para recolectar víveres, cubrir parte de los gastos médicos y ayudarle a sostener su hogar.
Ese respaldo se convirtió en un símbolo de cómo la sociedad costarricense responde ante la vulnerabilidad y el dolor ajeno.
La enfermedad de Josette no solo despertó empatía, también provocó interrogantes. En redes sociales circularon comentarios sobre la atención médica recibida y el manejo de la situación dentro de su familia.
Pese a ello, nunca se confirmó una versión oficial que aclarara todos esos cuestionamientos.
Aunque todavía no se conoce la causa exacta de su fallecimiento, la noticia ha dejado un profundo vacío en la comunidad.
Sus seres queridos, amigos y quienes la apoyaron en esta batalla permanecen consternados ante un desenlace que llegó demasiado pronto.
La partida de Josette deja, además, una reflexión sobre la fragilidad de la vida y el poder que tiene la solidaridad colectiva en momentos de adversidad.







