Montevideo – A los 89 años, José Mujica, el expresidente de Uruguay conocido por su estilo de vida austero y su filosofía provocadora, enfrenta una batalla personal contra el cáncer.
En una reciente conversación en su hogar en las afueras de Montevideo, el exmandatario compartió sus pensamientos sobre su salud, el estado del mundo y el verdadero sentido de la vida.
Desde hace una década, Mujica capturó la atención mundial por su vida sencilla, rehusándose a vivir en la opulencia del palacio presidencial y eligiendo en su lugar una modesta casa de techo de zinc.
Su relato de una vida marcada por la guerrilla, la prisión y la presidencia inspiró a muchos. Sin embargo, hoy enfrenta una realidad diferente, marcada por una enfermedad autoinmune y un tumor en el esófago.
En un tono melancólico pero profundo, Mujica reveló que su tratamiento de radioterapia ha tenido éxito desde el punto de vista médico, pero él se siente debilitado y en un estado físico deplorable.
“Me hicieron un tratamiento con radiología, y según los médicos, anduvo bien, pero yo estoy deshecho”, confesó.
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La filosofía de la simplicidad: ¿una visión en peligro?
Mujica ha sido siempre un crítico del consumismo y de la vida moderna acelerada. En su discurso, lamentó la cultura de consumismo desenfrenado que, según él, nos consume el tiempo y nos aliena.
“El mercado nos domina y se queda con todo el tiempo de nuestra vida”, afirmó, criticando la constante búsqueda de más bienes y servicios que, en su opinión, no contribuyen a una vida auténticamente feliz.
Para Mujica, el verdadero valor de la vida radica en la capacidad de encontrar significado personal y satisfacción más allá de las posesiones materiales. “La humanidad necesita trabajar menos y tener más tiempo libre y ser más sobria”, enfatizó, sugiriendo que las sociedades modernas están atrapadas en una trampa de consumo sin fin.
Reflexiones sobre el futuro y el significado de la vida
Mujica también se mostró pesimista sobre el futuro de la humanidad, destacando el peligro de un mundo dominado por el mercado y la tecnología. A pesar de su escepticismo, reconoció la belleza de la vida y la importancia de buscar un propósito más profundo. “La vida es hermosa con todas sus peripecias”, dijo, mientras reflexionaba sobre su propio paso hacia el final.
A lo largo de su carrera, Mujica ha sido un ferviente defensor de una vida sencilla y un crítico de las estructuras de poder y consumo. Hoy, mientras lucha contra la enfermedad, sus palabras resuenan como una llamada a la reflexión sobre cómo se lleva la vida y qué valoran las personas verdaderamente.
Fuente: Infobae
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