Dos familias experimentan un dolor inmenso tras la desgraciada noticia que surgió hace unos días, en una fatídica noche, cuando fallecieron de manera inesperada dos jóvenes cristianos: José Manuel Gómez Jiménez y Javier Hernández Jesús.
La hermana de este primero, Yeimi Gómez Jiménez, recibió la llamada que cambiaría su vida para siempre. Del otro lado del teléfono, una voz femenina le informó sobre el trágico accidente de su hermano, José Manuel, quien, según los informes, habría sido víctima de un asalto que acabó en tragedia, dejándolo gravemente herido de ba-la y, minutos después, arrebatándole la vida.
El hecho ocurrió en el kilómetro 32 de la autopista Duarte, cuando José Manuel se dirigía a buscar equipos para una actividad de la iglesia, acompañado de Javier, de 28 años, quien también perdió la vida en el mismo incidente que ha conmocionado a todo el país.
Los familiares y más allegados de las víctimas aún no entienden el porqué de tan trágico desenlace para ambos jóvenes valiosos, por lo cual claman justicia y que este crimen de sangre no quede impune.
José Manuel había convencido a su pareja sentimental, Carolina Cuevas, para casarse. Era descrito como un hombre «perfecto». Procreó tres hijos y era un amante del softbol, participando regularmente en la liga «Los novatos del Brizal».
Trabajaba como transportista en la fábrica de cerámica Cerarte y dedicaba su tiempo libre a la iglesia, donde estuvo involucrado durante los últimos cuatro años.
Sus restos fueron sepultados en el cementerio Cristo Redentor, mientras que los de Javier fueron trasladados al cementerio de Pedregal.
Los seres queridos de ambos los recuerdan con cariño y nostalgia, lamentando esta ocurrencia que se los llevó de manera prematura y deseando que encuentren paz en su descanso eterno.