El cuerpo de la pinolera Alejandrina Fernández Pineda, de 30 años, fue erróneamente enviado a una facultad de medicina en México para las prácticas de los estudiantes. Esto se ha convertido en un viacrucis para su familia, que, con dificultades, logró viajar a México para recuperar y repatriar el cuerpo a Nicaragua.
Al llegar a la morgue el lunes y buscar en una lista, sus parientes se encontraron con la triste noticia de que el cuerpo ya no estaba allí; por confusión, había sido enviado para prácticas de estudiantes. Un funcionario mexicano explicó que, debido al desbordamiento de cuerpos en la morgue de Tijuana, aquellos en estado de descomposición suelen ser enviados a una fosa común y los que están en mejor condición son trasladados a universidades públicas.
La madre y la hermana de Alejandrina solo tuvieron acceso a una foto en la que aparece su cuerpo desnudo, con la boca entreabierta, mientras era llevada a la facultad de medicina. La nicaragüense desapareció el 27 de octubre tras informar a su familia que cruzaría la frontera hacia Estados Unidos, y fue a inicios de diciembre cuando supieron que había sido asesinada en Tijuana, uno de los estados más violentos de México, y llevada a la morgue.