Oficina del expresidente confirma compromiso óseo y tratamiento hormonal
Washington, EE.UU. La oficina del expresidente Joe Biden informó este domingo que ha sido diagnosticado con una afección prostática avanzada que ya ha comprometido algunas áreas óseas de su cuerpo. La información fue difundida en un ambiente de discreción familiar y ha generado atención tanto a nivel nacional como internacional.
Todo comenzó la semana pasada, cuando Biden presentó un aumento significativo en síntomas urinarios. A raíz de esto, fue sometido a estudios médicos más exhaustivos, cuyo resultado fue la identificación de un nódulo prostático con características clínicas complejas. Según el equipo médico, la condición fue clasificada con una puntuación de Gleason 9, una de las más elevadas dentro de este tipo de diagnósticos.

De acuerdo con el comunicado, la afección ha mostrado sensibilidad a los tratamientos hormonales, lo que representa un aspecto positivo en cuanto al manejo clínico. En este momento, el exmandatario y sus familiares más cercanos se encuentran analizando junto a los especialistas las distintas opciones terapéuticas disponibles, aunque todavía no se ha definido un protocolo médico específico.
Este diagnóstico llega poco después de que, el 21 de julio de 2024, Biden anunciara públicamente su renuncia a la candidatura presidencial por el Partido Demócrata. Esa decisión se produjo en un contexto de cuestionamientos públicos relacionados con su agudeza física y mental, luego de un debate televisivo con Donald Trump transmitido por CNN, en el que su desempeño generó incertidumbre incluso dentro de su propia agrupación política.
En ese mismo periodo, diversos informes señalaron visitas recurrentes de un especialista en trastornos neurológicos a la Casa Blanca, aumentando las especulaciones sobre el estado general de salud del expresidente. Sin embargo, hasta el reciente comunicado oficial, no se habían ofrecido detalles médicos confirmados sobre su condición.

Joe Biden dejó el cargo presidencial en enero de 2025, convirtiéndose en el presidente de mayor edad en la historia de Estados Unidos. Desde entonces, ha permanecido apartado de la vida pública, centrando su tiempo en la familia y realizando apariciones esporádicas.
El entorno del exmandatario ha procurado manejar con cuidado toda la información relativa a su salud, con el objetivo de evitar interpretaciones erróneas. La familia ha expresado agradecimiento por las muestras de solidaridad recibidas y ha solicitado privacidad durante este proceso.
Por el momento, no se han anunciado nuevas apariciones públicas ni conferencias de prensa. Se espera que en las próximas semanas se emita una actualización oficial sobre la evolución de su estado de salud, siempre coordinada con su círculo más cercano y el equipo médico responsable.


