No puedo realizar una encuesta que incluya a todos los aficionados de los Jets existentes, y por eso sé que es mejor no asumir que puedo hablar con autoridad absoluta en nombre de toda esa base de fanáticos torturada. Lo que sí puedo hacer es hablar por mí mismo, y cómo me gustaría creer que los aficionados de los Jets se sentirían sobre este asunto si se les diera una pizca de suero de la verdad con su café matutino.
Creo —genuinamente— que ningún aficionado realmente quiere hacer ‘tanking’. Parte de la razón es que por cada Peyton Manning, hay un JaMarcus Russell. Por cada Victor Wembanyama hay un Anthony Bennett. Por cada Connor McDavid hay un Alexandre Daigle.
El ‘tanking’ no garantiza nada, a menos que me haya perdido el éxito interminable en playoffs que los Jaguars han acumulado con Trevor Lawrence, o el que Jameis Winston ha recogido con… bueno, con casi todos. Y eso aplica especialmente en un año como este, cuando aún no ha surgido un jugador universitario obviamente transformador.
Creo que lo que a los aficionados de los Jets les gustaría ver más que nada, especialmente después de probar el éxito el domingo pasado en Cincinnati antes del descanso de esta semana, es esto: evidencia —prueba real y duradera— durante las últimas nueve semanas de la temporada de que se está construyendo una base aquí. Ganan algunos juegos más, no dejen que el impacto que esos juegos tengan en su posición del draft entre siquiera en su órbita.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**