Jéssica Fabíola de Souza, de 23 años, fue sepultada el domingo 19 de octubre en Tupandi, municipio donde residía y tenía a su familia.
La joven falleció el viernes 17 de octubre en el Hospital Nossa Senhora das Graças de Canoas, Río Grande del Sur, Brasil, donde permanecía ingresada en la UCI en estado grave tras sufrir un accidente el lunes anterior en Montenegro. Natural de Pareci Novo, vivía actualmente en Barão y trabajaba en Carlos Barbosa.
El 13 de octubre, poco después del mediodía, Jéssica conducía su motocicleta Yamaha Fazer por la BR-470, desde Salvador do Sul hacia Montenegro, cuando, en el kilómetro 282, alrededor de las 12:20 p. m., tras cruzar el puente del arroyo Maratá, un camión Scania T112 con placa de Bagé le cerró el paso.
El camión, que solo contaba con un caballito, realizaba una maniobra para incorporarse a la autopista Transcitrus, en dirección a Campo do Meio y Santos Reis.
En la colisión, la motocicleta fue arrastrada hasta Transcitrus. Jéssica quedó tendida en la BR-470, justo en la intersección. Sufrió múltiples fracturas y traumatismo craneoencefálico.
Fue rescatada por el SAMU y trasladada al HM Regional, desde donde fue derivada a Canoas, donde falleció cuatro días después.
“Dondequiera que iba, siempre alegraba a la gente”, recuerda su hermano Jean. Evoca que a su hermana le encantaba andar en moto, ir de fiesta, salir con amigos y hacer ejercicio en el gimnasio.
“Mi pequeña ya no está, pero tu luz sigue viva con nosotros. Tu risa, tus bromas, todo lo bueno que hiciste quedará como un recuerdo en mi corazón. Te quiero mucho, mi amor. Mi ángel”, escribió su madre, Maribel Kaufmann de Souza.
“Mi hermana Jéssica ya no está con nosotros, pero puedes estar seguro de que su legado quedará grabado en los corazones y recuerdos de todos. Gracias por siempre ayudar a los demás. Te queremos mucho”, añadió su hermano Jean, residente en Tupandi.
Jéssica también deja a su padre, Paulo Cesar de Souza; a su hermana de siete años, Valentina; a otros familiares y a muchos amigos.
La familia enfrenta este dolor adicional tras la pérdida prematura del hermano de Jéssica, Paulo Geovane de Souza, en 2012.
El lugar del accidente es considerado un punto crítico en la BR-470, por haber sido escenario de otros siniestros. Según la Policía Federal de Carreteras (PRF), está prohibido girar a la izquierda en ese tramo, e incluso se han impuesto multas a conductores.
Además, no hay suficiente espacio de refugio al costado de la carretera para maniobrar hacia Santos Reis.
Por ello, los conductores que viajan en dirección Montenegro/Campo do Meio deben continuar hacia São José do Sul para poder dar la vuelta con seguridad.
Hace aproximadamente un mes, se celebró una reunión en la propia intersección, con la asistencia de técnicos e ingenieros del Departamento Nacional de Infraestructura de Transporte (DNIT).
El concejal Everton Cesar Baum (Alemão Baumcar), quien participó en la reunión junto con el director de transporte y tránsito de la ciudad, Paulo Tempass Júnior, recuerda que se presentó un proyecto para construir un intercambiador en la intersección.
“Habrá una reunión en el DNIT esta semana. Queremos saber cuándo comenzarán las obras”, afirma Baumcar, quien ya había abordado el tema desde el pleno del Ayuntamiento antes del accidente de Jéssica de Souza.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**