Jaxson Dart enfrenta una situación compleja con los New York Giants, atrapado en un equipo que no logra ganar partidos y que requiere una reestructuración total, decepcionando a su afición.

Los Giants juegan como si merecieran la primera selección del draft, una posición que necesitan para obtener un botín que ayude al mariscal de campo.
Además, el quarterback se ha convertido, a sus propios ojos, en el blanco de los protocolos de conmoción cerebral: un hombre marcado.
Te podría interesar:
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


