Investigadores de la Universidad de Kioto confirmaron el hallazgo de ejemplares de salamandra gigante china, el anfibio más grande del mundo, cerca de extinguirse en la naturaleza, en acuarios y zoológicos de Japón que no los habían identificado como tal, sino como hibridaciones con otras especies.
Este anfibio (andrias davidianus) puede llegar a medir 1.8 metros y pesar 50 kilos, y la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) -exhaustivo inventario sobre el estado global de animales, hongos y plantas- lo cataloga como “en peligro crítico”, el estado anterior a la extinción en libertad.
El hallazgo, anunciado este mes, se produjo mientras un equipo de científicos liderado por el profesor Nishikawa Kanto analizaba mediante muestras de tejido la genética de 73 salamandras procedentes de campos, acuarios o zoológicos de Japón que creían que descendían de salamandras chinas, para estudiar su hibridación.
La salamandra gigante china habitaba áreas del sur de ese país, pero su número disminuyó considerablemente ante la captura excesiva para la venta o cría intensiva en granjas, pues su carne está considerada un manjar en China, y ahora solo se encuentra en cuatro ubicaciones con arroyos claros y fríos en valles vegetados y escarpados.
Esta especie, que también se utiliza en la medicina tradicional china, fue introducida en Japón en el pasado, dando lugar a cruces con especies autóctonas, pero el equipo de científicos encontró cuatro ejemplares de la especie original en el marco de una investigación cuyos resultados fueron publicados en la revista ‘Scientific Reports’.
De las cuatro salamandras gigantes chinas identificadas, una estaba en el Acuario Sunshine de Tokio y otra en el Parque Zoológico Asa de Hiroshima, y Kanto cree que podría haber más ejemplares que no han sido identificados como tal en otros centros de Japón.
Kanto plantea “aprovechar esta noticia como una oportunidad para pensar en el papel de las especies invasoras”, un “problema muy difícil de resolver”, porque sus consecuencias pueden ser “tanto positivas como negativas”, pero que puede hacernos reflexionar, indicó en un comunicado en el momento del anunció.
Los investigadores de la Universidad de Kioto pretenden trabajar en la preservación de la salamandra gigante china y poder llegar a practicar su reproducción o clonación mediante células de salamandra almacenadas, según indicaron a la cadena pública nacional NHK.