Recuerdo que hace apenas unos 10 años, o poco más, celebraba el haber contratado una velocidad de conexión de 20 Mbps en casa. En aquel entonces esa conexión me permitía trabajar, ver series y películas e incluso para jugar videojuegos sin problemas.
No imaginaba que una década más tarde tendría una conexión de 300 Mbps, que incluso es más lenta que la de muchos de mis amigos y colegas.
Pienso en esto ahora que en Japón han logrado batir el récord de la conexión más rápida a internet, alcanzando una transmisión de datos de 402 Tbps, una velocidad tan rápida que permitiría descargar juegos como Red Dead Redemption 2 y Baldur’s Gate 3 cientos de veces en un segundo.
El récord ha sido establecido por el Instituto Nacional de Tecnología de la Información y las Comunicaciones de Japón, informa el medio Fudzilla, y lo más sorprendente es que han logrado esta transmisión de datos utilizando cables de fibra óptica estándar, el mismo tipo de cable que podemos comprar en cualquier tienda especializada, eso sí, junto a amplificadores de señal y otros componentes.
En el experimento utilizaron todas las bandas de transmisión posibles junto a los amplificadores de señal y ecualizadores de ganancia, para lograr transmitir 402 Tbps, unos 50,25 TB/s (Terabytes por segundo). Para que nos hagamos una idea, Red Dead Redemption 2 tiene un tamaño de unos 120 Gigabytes, lo que significa que esta velocidad permitiría descargar este juego unas 400 veces en apenas un segundo.
El Instituto logró superar en un 25% el récord anterior de velocidad de internet, que había sido establecido en octubre de 2023.
Por supuesto, esto no es más que un experimento, al menos actualmente. Aunque han logrado alcanzar esta velocidad en la transmisión de datos, la realidad es que ningún ordenador está equipado para soportar este tipo de conexión. Un PC necesitaría de componentes que hasta ahora no existen en el mercado, el ordenador simplemente no podría leer tal cantidad de datos en el tiempo necesario.
Pero no puedo dejar de imaginar si en algunas décadas miraremos atrás, a los años 2020, pensando en cómo era posible que pudiésemos vivir con apenas 1 Gbps.