Olvide las formas obvias en que el panorama drásticamente redecorado del baloncesto universitario ha alterado la forma de ver el deporte. Olvide el dinero que cambia de manos y los jugadores que cambian de escuela año tras año sin consecuencias. Olvide el hecho de que si piensa demasiado en cómo se conduce el negocio del deporte, le hará buscar una ducha de inmediato.

Olvide todo eso.
Aquí está la parte más difícil de todo esto si resulta ser fanático del baloncesto universitario: ha caído completamente bajo el ámbito de la cita más famosa de William Goldman. Goldman, quien fue el mejor guionista de su generación, ganador de dos premios de la Academia (‘Butch Cassidy and the Sundance Kid’, ‘Todos los hombres del presidente’) cuando no vivía y moría en la cancha durante décadas con los Knicks, tenía un término favorito que se convirtió en el título de su primer libro sobre el negocio de Hollywood: ‘Nadie sabe nada’.
En el mundo de Goldman, se refería a la realidad de que nadie en el cine realmente entiende lo que separa los éxitos de los fracasos. Puede hacer suposiciones educadas. Puede hacer todo bien. Y sin embargo, el misterio de por qué algunas películas atraen multitudes que dan la vuelta a la manzana y otras ni siquiera pueden atraer a amigos y familiares siempre ha sido esquivo.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


