El ejército de Israel confirmó este martes la muerte de otra figura clave de Hezbolá, Hashim Sadi al-Din, el que era considerado nuevo líder de la milicia chií tras la muerte del clérigo Hassan Nasrallah a finales de septiembre. Sadi al-Din fue “eliminado” hace tres semanas por las Fuerzas de Defensa de Israel durante un ataque contra el cuartel general de Inteligencia de Hezbolá, en el barrio del Dahieh de Beirut.
Fuentes israelís llevaban tiempo señalando que Safi al-Din estaba muerto o gravemente herido, una información que incluso llegó a desmentir la propia Hezbolá, aunque este martes fue el ejército hebreo quien confirmó su fallecimiento. La caída de Safi al-Din hace tres semanas puede ser la razón de por qué Hezbolá no lo había nombrado todavía sucesor de Nasrallah, a pesar de que dentro de la organización terrorista estaba considerado como el segundo al mando.
Safi al-Din, que además era primo de Nasrallah, era el jefe del Consejo Ejecutivo de Hezbolá y miembro de la Shura, el principal órgano de decisión a nivel político y militar del partido-milicia chií. Tras la muerte de Nasrallah, todos los analistas lo señalaban como el nuevo líder de Hezbolá, aunque no había sido designado como tal de forma oficial.
“Safi al-Din tuvo una influencia significativa en la toma de decisiones dentro de Hezbolá. Durante los períodos en que Nasrallah estaba ausente del Líbano, ocupó el cargo de secretario general de Hezbolá. A lo largo de los años, Safi al-Din dirigió ataques terroristas contra el Estado de Israel y participó en los procesos centrales de toma de decisiones de Hezbolá”, ha explicado el ejército israelí.
Junto a Safi al-Din también murió otra figura de peso dentro de Hezbolá, Alí Hussein Hazima, comandante del Cuartel General de Inteligencia, a quien Israel acusa de ser “responsable de dirigir numerosos ataques contra soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel”.
Confirmada la muerte de Safi al-Din, las riendas de Hezbolá quedan en manos de Naim Qassem, el secretario general adjunto de la organización, que, según fuentes israelís, huyó del Líbano para buscar refugio en Irán ante el temor a ser asesinado. Según las fuentes, Qassem se encuentra en Teherán desde el pasado 5 de octubre, cuando salió del Líbano en el avión del ministro de Exteriores iraní Abbas Araghchi, rumbo a Damasco, y desde allí continuó hacia Irán.
