El Ejército israelí reconoció este martes que sus fuerzas probablemente mataron “sin querer” a la activista turcoestadounidense Aysenur Ezgi Eygi. La joven de 26 años falleció durante una protesta cerca de la localidad de Nablus, en Cisjordania, el día 6.
Tras una investigación sobre los hechos, el Ejército aseguró que “es altamente probable que fuera alcanzada sin querer por fuego israelí que no iba dirigido contra ella”, sino contra un presunto instigador en una manifestación que calificó de “disturbio”. Israel no dio más detalles sobre quién era el objetivo de su ataque.
Los hechos se produjeron durante una marcha semanal organizada por el Movimiento de Solidaridad Internacional (ISM) contra la expansión de los asentamientos judíos en Cisjordania. Según testigos, la manifestación transcurrió de manera pacífica.
El sábado, el gobernador de Nablus, Ghassan Daghlas, aseguró que la autopsia realizada a la activista confirmó que murió por un disparo en la cabeza realizado por un soldado. Las autoridades israelíes solicitaron este martes realizar su propia autopsia.
Jonathan Pollak, veterano activista israelí que participó en la protesta en la que murió la joven ha afirmado que los soldados permanecieron apostados en una colina a más de 200 metros de los manifestantes, desde donde tenían “una línea de visión clara” de a qué disparaban. “Sabemos que estas investigaciones son un mecanismo para asegurar la impunidad (de las fuerzas israelíes)”, dijo el activista sobre las pesquisas anunciadas por el Ejército .
Cientos de personas participaron el lunes en una marcha funeraria por la activista en Nablus. Con el cuerpo envuelto en una bandera palestina y el rostro rodeado de una kufiya, la activista fue cargada en una camilla, primero por guardias de honor con uniforme verde y luego por sus amigos más cercanos.