Durante el sábado 11 de mayo, en la iglesia de Santa María Magdalena de Abbeville, del estado de Luisiana, se estaba oficiando una misa en la que 60 niños iban a recibir su Primera Comunión. En medio de la celebración, un adolescente entró al templo con un arma y fueron los feligreses los que se enfrentaron a él.
El joven, de 16 años, ha sido acusado por terrorismo y dos cargos de posesión de armas de fuego siendo menor, según el Departamento de Policía de Abbeville. La tenencia de armas está prohibida hasta cumplir los 18 años en este estado de EE. UU. La policía no ha dado más detalles sobre cómo el menor la consiguió o su motivación para perpetrar el atentado.
El dirigente del ministerio de juventud de la iglesia, John Listi, declaró a The Washington Post cómo «hubo varias personas de la comunidad que, ante la aterradora situación, se mantuvieron firmes y quisieron asegurarse de que la comunidad estaba a salvo, sin pensar lo más mínimo en ponerse en peligro».
Listi comentó que la iglesia, que se muestra conmocionada, está formada por entre 2.200 y 2.500 familias. ‘Nuestra comunidad saldrá de esto más fuerte que nunca, nos estamos apoyando en nuestra fe’, continuaba.
Aunque la parroquia acostumbra a la retransmisión de sus celebraciones por su canal de YouTube y sus redes sociales, ya no se puede acceder al vídeo de la misa del sábado. Sin embargo, una grabación de la cadena local KADN muestra el caos que se vivió en el momento.
El vídeo muestra como Listi se acerca al altar con absoluta calma, para después acercarse al sacerdote y contarle al oído lo que estaba sucediendo. A continuación, el cura pidió a todo el mundo que se sentara un momento. La gente empezó a mirar hacia atrás y el murmullo fue en aumento.
Veinte segundos después, el sacerdote pidió a los asistentes que se unieran en oración, comenzando a recitar el Ave María, mientras los niños continúan gritando.
Un policía aparece en el presbiterio de la iglesia. Minutos después, sin que se aprecie con claridad lo que acontece, la gente entra en pánico, los chillidos crecen y la gente empieza a correr en todas direcciones. Los ministros del altar se arrodillan detrás de él, los monaguillos empiezan a correr y el agente desenfunda su arma.
Tras minuto y medio, se escucha una voz por la megafonía de la iglesia. «Escuchen, despacio, vayan con sus hijos. Hemos detenido al menor, está bajo custodia policial. Cálmense y vayan con sus hijos lentamente».
Comunicado de la parroquia
Ante la situación, la parroquia ha comunicado a través de sus redes sociales que contará con policía uniformada en las próximas celebraciones, invitando a los niños a ‘recibir la Primera Comunión en la misa que elijan asistir este fin de semana’. Igualmente, han agradecido ‘todas las oraciones por la comunidad de Santa María Magdalena’.
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