La desaparición de Irene Gastelú García, de 40 años, culminó en una tragedia que ha conmocionado a la región de Ayacucho. Tras tres días de intensa búsqueda, su cuerpo fue hallado oculto entre la vegetación, a orillas del río Chacco, en el distrito de Quinua, provincia de Huamanga.
El principal sospechoso, Alejandrino Oriundo Lapa, también de 40 años y padre de sus dos hijos menores, confesó ser el autor del crimen, según confirmó la Policía Nacional del Perú (PNP).

Los hechos se remontan al 6 de octubre, cuando Irene salió de su vivienda en la comunidad de Maizondo para reunirse con su expareja. Desde ese momento no se volvió a saber de ella. Dos días después, su madre presentó la denuncia por desaparición ante la Comisaría Rural de Chacco, iniciándose un operativo conjunto entre la PNP y el Ministerio Público.
Durante las investigaciones, las declaraciones inconsistentes del sospechoso despertaron las sospechas de las autoridades. Finalmente, el 10 de octubre, los agentes capturaron a Oriundo Lapa, quien admitió haber estrangulado a Irene motivado por los celos, y luego ocultó su cuerpo a unos 200 metros del puente Chacco.
El descubrimiento del cuerpo generó profunda consternación entre familiares y vecinos que acompañaban las labores policiales. “Queremos justicia, cadena perpetua para ese asesino”, clamaban los presentes durante el levantamiento del cadáver.
Irene era conocida por su carácter tranquilo y trabajador. Se dedicaba a las tareas domésticas y al cuidado de sus hijos. “Era una mujer luchadora, siempre pendiente de su familia. No entendemos cómo pudo pasar algo así”, expresó una de sus parientes entre lágrimas.
La Segunda Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Huamanga, a cargo del fiscal Juan Carlos Ames Blas y la fiscal adjunta Irma Yeniser Huamán Cuba, asumió la investigación por el delito de feminicidio.
El cuerpo de la víctima fue trasladado a la morgue de Ayacucho para la necropsia legal, mientras el autor confeso permanece en detención preliminar. De confirmarse su responsabilidad, podría enfrentar una pena de 25 a 30 años de prisión, según el Código Penal peruano.
La madre de Irene, visiblemente afectada, pidió que el crimen no quede impune. “Solo quiero justicia. Que pague por lo que hizo. Mi hija no merecía morir así”, expresó con la voz entrecortada.
De acuerdo con fuentes cercanas a la investigación, la víctima habría sufrido hostigamiento y amenazas previas por parte de su expareja, pese a que la relación había terminado.
Este caso reaviva el debate sobre la violencia de género en Ayacucho y la falta de medidas efectivas de protección para las mujeres. El feminicidio de Irene Gastelú García se suma a la lista de mujeres asesinadas en contextos de violencia de género en la región, evidenciando la urgente necesidad de acciones concretas para prevenir y erradicar este flagelo en el Perú.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


