El pasado lunes tuvo lugar en Ginebra, inmediatamente después del GP de Italia, una reunión promovida por la FIA con los ingenieros de los equipos de Fórmula 1 con un objetivo: ver si sería posible cambiar algunos aspectos reglamentarios de los futuros y ágiles monoplazas de 2026 que provocarán una auténtica revolución técnica.
Uno de los temas que se pusieron sobre la mesa, según ha podido saber Motorsport.com fue la propuesta de cambiar las cajas reglamentarias que definen los alerones. Parece que había ganas de simplificar el desarrollo de un tema tan delicado como la aerodinámica móvil tanto delantera como trasera.
Esperar hasta septiembre para definir nuevos parámetros para la investigación de los alerones parecía inoportuno, así que, como no hubo unanimidad en la votación, la idea fue rechazada, probablemente por quienes piensan que tienen ventaja en el estudio aerodinámico que la FIA no abrió oficialmente hasta el 1 de enero de 2025.
Las informaciones muy confidenciales que nos han llegado muestran que la FIA está trabajando duro para encontrar la mejor eficacia aerodinámica que ayude a reducir el consumo de electricidad a lo largo de una vuelta, ya que se están enfrentando a los ya conocidos problemas de carga. De hecho, en algunos circuitos en los que el MGU-K tiene dificultades para recuperar la energía cinética durante las frenadas, sigue existiendo el temor de encontrarse con la batería vacía antes del final de la vuelta.
El ejemplo clásico es el Autodromo Nazionale Monza: en el templo de la velocidad no hay frenadas demasiado exigentes, así que es posible que los pilotos tengan que recurrir a levantar el pie al final de algunas rectas para no renunciar en ciertos puntos de la pista a los casi 500 CV que debería asegurar el sistema híbrido de las futuras unidades de potencia con un reparto de 50%.
Alguien podría objetar que eso no es noticia, y es cierto, pero es el episodio da fe de cómo la F1 sigue tratando de encontrar el equilibrio adecuado en un reglamento que presenta algunas dificultades que parecen insalvables y que, en cambio, serán superadas brillantemente por los ingenieros de los equipos.
Lo que se pone de manifiesto es lo difícil que resulta en esta delicada fase cambiar algo en el reglamento, ya que la F1 exige unanimidad para cualquier cambio. Stefano Domenicali tiene razón cuando afirma que hay que cambiar la arquitectura de la gestión de la F1…
Alerón trasero de Red Bull
Foto de: Beatrice Frangione
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