Desde que tenía 6 años, Jewel Shuping soñaba con ser ciega. A pesar de disfrutar de una visión perfectamente funcional, esta mujer de Carolina del Norte en Estados Unidos, sentía una profunda necesidad de vivir con una discapacidad visual. Tras años de luchar contra este extraño deseo, Jewel finalmente logró cumplir su sueño de una manera radical y dolorosa: se aplicó un químico corrosivo en los ojos, condenándose a la ceguera permanente.
La historia de Jewel es un ejemplo del Trastorno de Identidad de la Integridad Corporal (BIID), una condición psiquiátrica poco común que lleva a las personas a sentir que su cuerpo no corresponde a su verdadera identidad. En lugar de identificarse con un género diferente, como en el caso de la disforia de género, quienes padecen BIID sienten que deberían haber nacido con una discapacidad física.
El Inicio de una obsesión
Desde que era una niña, Jewel Shuping mostró signos de este extraño trastorno. Sus familiares recuerdan que a los 3 años, Jewel ya caminaba por la casa a oscuras, simulando ser una persona ciega. Más tarde, a los 21 años, se acostumbró a usar bastón y gafas oscuras para imitar a quienes viven con discapacidad visual.
Pero Jewel no se sentía «loca», sino que estaba firmemente convencida de que había nacido para ser ciega. Esta convicción se fue fortaleciendo con el paso de los años, hasta que finalmente decidió tomar una acción drástica para cumplir su sueño.
La búsqueda de ayuda médica
Consciente de la singularidad de su condición, Jewel buscó apoyo psiquiátrico a lo largo de su vida. Sin embargo, los expertos no lograban entender completamente su obsesión por la ceguera. Hasta que, a los 30 años, Jewel encontró a alguien que pareció comprender su deseo: su propio psicólogo.
Contra todo pronóstico, este profesional de la salud mental accedió a ayudar a Jewel a cumplir su sueño. Le proporcionó un sedante y le indicó cómo aplicarse un líquido corrosivo en los ojos, un desatascador de tuberías que le causaría un daño irreversible a su visión.
El momento de la verdad
«Me dolió, déjame decirte. Mis ojos gritaban y tenía el líquido bajando por mi mejilla, quemándome la piel», narró Jewel sobre el momento en que se aplicó el químico. Pero a pesar del intenso dolor, todo lo que podía pensar era: «Me estoy quedando ciega, todo va a estar bien».
Después de ser llevada a urgencias, Jewel despertó y vio la pantalla del televisor, lo cual la enfureció en ese momento. Pero su sueño se hizo realidad seis meses después, cuando perdió la vista por completo. Los médicos tuvieron que extraer su ojo izquierdo, pero Jewel finalmente había logrado su objetivo: vivir sin el sentido de la vista.
El rol de la psicología en el BIID
Frente a casos como el de Jewel, la comunidad médica se enfrenta a importantes dilemas éticos. ¿Deben los profesionales de la salud mental ayudar a una persona a mutilar o dañar su cuerpo, incluso si esto responde a un deseo profundamente arraigado? ¿O deberían intentar tratar el trastorno de raíz, ayudando a los pacientes a aceptar su cuerpo tal como es?
El profesor de psiquiatría clínica Michael First, de la Universidad de Columbia, señala que el BIID no es una condición muy común, pero cuando se manifiesta, suele estar asociado a ideas de amputación. En el caso de Jewel, su psicólogo tomó la controvertida decisión de ayudarla a cumplir su sueño de ceguera, proporcionándole los medios para dañarse los ojos.
Las consecuencias de cumplir un sueño peligroso
Si bien Jewel Shuping logró finalmente alcanzar su objetivo de vivir sin visión, las consecuencias de sus acciones han sido devastadoras. Además de perder la vista de forma permanente, la joven tuvo que someterse a la extracción de su ojo izquierdo debido a los graves daños causados por el químico corrosivo.
Más allá del impacto físico, la decisión de Jewel también ha tenido un fuerte efecto emocional y social. Convertirse en una persona ciega de forma voluntaria es una situación que la mayoría de la gente no puede comprender, y Jewel ha tenido que enfrentar el rechazo y la incomprensión de quienes la rodean.
Avances en el tratamiento del BIID
Afortunadamente, la comunidad científica ha comenzado a prestar más atención a esta condición y a explorar formas de abordarla de manera más efectiva. Algunos estudios han sugerido que terapias como la realidad virtual pueden ser útiles para ayudar a las personas con BIID a aceptar su cuerpo sin necesidad de dañarlo.
Asimismo, se ha propuesto que el BIID podría estar relacionado con diferencias en la estructura y el funcionamiento del cerebro. Si se logra comprender mejor los mecanismos neurológicos , quizás sea posible desarrollar tratamientos farmacológicos o de otro tipo que ayuden a las personas a superar este trastorno.
Últimas entradas de Veronica Pereira (ver todo)