La historia de Josie Rowley, una mujer
británica de 69 años, es una conmovedora
advertencia sobre los peligros que pueden esconderse
detrás de una simple picadura de insecto. Lo que
comenzó como una molesta marca roja en su
pierna se transformó en un verdadero calvario médico,
llevándola a perder ambas piernas por encima de la rodilla. Este
caso extraordinario resalta la importancia de estar atento a
cualquier señal de complicación tras una picadura, y de buscar
atención médica de inmediato si los síntomas
empeoran.
La picadura inocente que desencadenó un desastre
En septiembre de 2022, Josie Rowley, una apasionada
jardinera de Bantry Bay, Irlanda, estaba trabajando en su
huerto como de costumbre. Sin embargo, al final del día, notó dos
pequeñas marcas rojas en su pierna izquierda.
Inicialmente, no le dio mayor importancia, suponiendo que podría
haber sido una hormiga o algún otro insecto que se
había infiltrado en su pantalón.
Pero al día siguiente, las marcas habían
crecido y se habían vuelto dolorosas. Con el paso de los
días, la situación empeoró drásticamente, transformándose en unas
«horribles úlceras» que cubrían la zona.
Preocupada, acudió a su médico de cabecera, quien le recetó
antibióticos y analgésicos. Desafortunadamente, estos
tratamientos resultaron ineficaces.
Josie fue entonces enviada al hospital, donde los médicos
intentaron diversas terapias para controlar la
infección, como vendajes de compresión y sanguijuelas. Sin embargo,
nada parecía funcionar. Pronto, sus dedos de los pies
comenzaron a oscurecerse, un signo alarmante de gangrena.
Ante la gravedad de la situación, los médicos se vieron obligados a
tomar una decisión drástica: amputar la pierna
izquierda de Josie por encima de la rodilla.
Lamentablemente, la primera amputación no fue suficiente para
detener la propagación de la infección. Diez días después, los
médicos tuvieron que informar a Josie que también debían
extirpar su segunda pierna. «Cuando perdí mi
primera pierna, estaba en calma al salir de la sala de operaciones.
Pero diez días después, tuvieron que quitarme la otra pierna. Con
una amputación, todavía puedes manejarte un poco, pero cuando te
quitan la otra pierna, es otra historia», relata Josie con
dolor.
Incapaz de regresar a su hogar sin las adaptaciones necesarias,
ahora vive con su hija Jen, de 41 años. Josie se
enfrenta a enormes retos de movilidad y autonomía, pues incluso con
una silla de ruedas eléctrica, le resulta difícil desplazarse. Para
ayudarla a recuperar algo de independencia, su hija ha creado una
campaña de recaudación de fondos en GoFundMe para comprar un
vehículo adaptado.
Factores que pueden complicar las picaduras de insectos
Una picadura mal limpiada o rascada en exceso puede derivar en
una infección grave, como una celulitis bacteriana. Si no se trata
rápidamente, esto podría progresar hasta requerir una amputación en
los casos más extremos.
Reacciones alérgicas graves
Una reacción alérgica severa (anafilaxia) puede
causar un hinchazón
importante y una disminución de la
circulación sanguínea en el miembro afectado. Si no se
administra el tratamiento a tiempo, esto podría conducir a
necrosis de los tejidos y amputación.
Venenos necrosantes
Algunos insectos, como la araña reclusa parda,
poseen venenos que pueden causar necrosis de los tejidos. Si la
zona afectada es extensa y no se trata a tiempo, la amputación
podría ser necesaria para evitar la propagación de la necrosis.
Complicaciones vasculares
En raros casos, una picadura de insecto puede
provocar una trombosis o embolia, obstruyendo la
circulación sanguínea en el miembro. Si esta obstrucción no se
trata rápidamente, podría conducir a necrosis de los tejidos y
amputación.
Consejos para prevenir y manejar picaduras de insectos
En caso de picadura, es crucial:
- Desinfectar la zona con agua y jabón.
- Aplicar una solución antiséptica.
- Aliviar el dolor con analgésicos si es
necesario. - Vigilar la evolución de la reacción local en los
días siguientes. - Buscar atención médica de inmediato si aparecen
signos de infección o reacción alérgica.
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