Un general acusado de genocidio de indígenas comenzó a ser juzgado este viernes en Guatemala, en el segundo proceso por el exterminio de aldeanos mayas durante la guerra civil (1960-1996) tras la condena al exdictador Efraín Ríos Montt en 2013.
El general retirado Benedicto Lucas García, de 91 años y condenado anteriormente por crímenes de lesa humanidad, debe responder ante la justicia por su papel en las matanzas de más de 1,200 indígenas mayas ixiles entre 1978 y 1982, mientras gobernaba su hermano, el presidente Romeo Lucas García. Este último falleció en Venezuela en 2006.
El general está imputado de genocidio, crímenes de lesa humanidad y desaparición forzada, por los que arriesga más de 100 años de cárcel. Ahora cumple una condena de 58 años en un hospital militar, desde donde comparece en el juicio por videoconferencia.
“Ya estoy desesperado”, dijo el general, sentado en una silla en su habitación en el hospital, a los tres jueces del tribunal. Entregó además datos personales, pero no hizo más declaraciones por consejo de su abogada, la defensora pública María Martínez.
El abogado Nery Rodenas, jefe de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala, dijo a la AFP que “se han esperado más de 40 años para el inicio de un debate [judicial] que lo que busca es que se conozcan los hechos a través de las evidencias”.
En el juicio, que se prolongaría hasta junio, se presentarán más de 80 peritajes de exhumaciones y documentos militares, y testificarán unos 30 sobrevivientes, explicó Rodenas, cuya oficina acompaña a los familiares de las víctimas.
El perito Bayron García presentó en la audiencia informes de exhumaciones en fosas comunes con decenas de cuerpos con impactos de bala y quemados. La sesión fue suspendida tras nueve horas y continuará el lunes.
– Niños, embarazadas, ancianos –
Lucas García era jefe del Estado Mayor General del Ejército y está señalado de planificar y ejecutar decenas de masacres en aldeas mayas de los municipios de Santa María Nebaj, San Gaspar Chajul y San Juan Cotzal, en el departamento occidental de Quiché.
La población maya ixil era acusada por los militares de servir de base de apoyo a guerrilleros izquierdistas.
Unos 1,300 indígenas murieron en esas matanzas, entre ellos niños, mujeres embarazadas y ancianos, según la Asociación para la Justicia y la Reconciliación, una ONG querellante en este juicio.
Junto a Lucas García también debía ser juzgado un exjefe de inteligencia militar, el general retirado Manuel Callejas, pero enfrentará otro juicio a puerta cerrada y sin su presencia por incapacidad mental.
Otro implicado en las masacres, el coronel César Noguera, falleció en 2022.
En mayo de 2018, Lucas García fue condenado junto a Callejas y otros dos militares a 58 años de cárcel por la desaparición forzada del adolescente Marco Antonio Molina Theissen y la violación y tortura de su hermana Emma Guadalupe, en 1981.
A pesar de las acusaciones, un indígena acudió este viernes al tribunal para entregar su apoyo al general.
“Dejen libre al señor Benedicto Lucas porque él contribuyó al bienestar de la nación entera”, dijo a periodistas Bruno Villatoro, de 61 años, quien dijo que viajó de Nebaj para asistir al juicio en la capital.
– “Soy un héroe” –
Este es el segundo juicio por genocidio en Guatemala, luego de que el 10 de mayo de 2013 un tribunal sentenciara a 80 años de prisión al general Ríos Montt por la matanza de casi 2,000 indígenas mayas ixiles bajo su régimen de facto (1982-1983).
Sin embargo, la sentencia fue anulada 10 días después por la máxima instancia judicial del país.
Ríos Montt, quien había tomado el poder mediante un golpe contra Romeo Lucas García, murió en 2018 a los 91 años mientras se repetía el juicio en su ausencia tras ser diagnosticado con demencia.
“Yo soy héroe nacional”, dijo el general Lucas García, casado y padre de siete hijos, el pasado 25 de marzo durante una audiencia judicial que fue suspendida por la renuncia de sus dos abogados y reprogramada para este viernes.
Formado en la Escuela Militar de Guatemala, Lucas García fue después alumno de la Escuela Militar de Saint-Cyr en Francia y de la Escuela de las Américas de Estados Unidos en la antigua Zona del Canal de Panamá.
La guerra interna guatemalteca dejó unos 200,000 muertos o desaparecidos, según una comisión auspiciada por la ONU.