A propósito del escarceo generado en uno de los casos en que el ministerio Público imputa de corrupción a algunos funcionarios del pasado gobierno, se han producido discusiones públicas que ponen en entredicho la lucha contra la corrupción y la impunidad que libra la Procuraduría; el pleno ejercicio de la libertad de prensa en nuestro país, y la forma en que algunos periodistas hacen política partidista.
Son harto conocidos los improperios emitidos por el periodista Julio Martínez Pozo, a través de Telefuturo, Canal 23, y la plataforma en YouTube de RCC Media, de los cuales se hicieron eco muchos otros medios en diferentes redes.
Yo al menos creo que esos insultos de Julio contra doña Miriam salen sobrando, porque él tiene suficiente formación y talento para no acudir a recursos tan ruines frente a una persona que ha sido oficial de la administración pública por tan largo tiempo sin haber manchado su hoja de servicio, algo raro en el país.
Como es sabido, Martínez Pozo y otros de sus colegas tienen tomada abierta posición política frente a la lucha contra la impunidad y la corrupción que libra el Ministerio Público, en la cual participa también la otra parte del Poder Judicial, que son los jueces y la Suprema Corte de Justicia, y en la que colabora el resto de las autoridades nacionales.
Aunque conforme indican múltiples encuestas la posición de esos periodistas va a contracorriente de la opinión de la mayoría de los ciudadanos, ellos tienen derecho a defender sus posiciones.
Pero no tienen derecho a tergiversar los datos de la realidad y muchos menos a insultar a gente decente, como doña Miriam, que han sabido ganarse el respeto de la mayoría del pueblo, lo cual se produce desde que en gobiernos como los del PLD y de otros mandatarios se ha intentado vejarla, doblarla.
Tampoco tienen derecho los referidos periodistas a tergiversar la verdad presentando en sus alegatos políticos que en el país existan amenazas en contra de la libertad de prensa, en lo cual se han dejado tomar de tontos útiles otros periodistas no necesariamente involucrados en lo que es obviamente resabio político.
La Sociedad Interamericana de Prensa, en la parte empresarial del periodismo continental, y Reporteros Sin Fronteras, del sector laboral, han reconocido en el último año a RD como un país ejemplo de libertad de prensa.
Y el gobierno del presidente Luis Abinader, de su parte, han mostrado el más absoluto respeto a la independencia y separación de los poderes del estado, y al pleno ejercicio de las libertades ciudadanas.
Concluyo compartiendo con mis lectores la reflexión hecha por el autorizado y respetado abogado Jorge Luis Polanco sobre el fondo del entramado del referido escarceo al que asistimos en estos días:
“La lucha contra la impunidad no estará libre de ataques de toda índole contra aquellos a los que corresponde esa misión.
“Habrá muchos ataques contra quienes toca esa responsabilidad. Eso ocurre en una sociedad como la nuestra, en la que no existía una cultura de lucha contra la impunidad, que es un ejemplo para disuadir a quienes pretendan incurrir en tales prácticas.
“Habrá muchos obstáculos, tergiversaciones por parte de personas que tratarán de minar la credibilidad de quienes tenemos la responsabilidad de luchar contra ese flagelo que ha afectado históricamente a nuestro país”.