El cuerpo del pequeño Ícaro Bernardes da Silva, de casi un año, fue enterrado este jueves (25) en Alterosa, Minas Gerais, Brasil.
La ceremonia tuvo lugar más de cuatro meses después de que el niño fuera encontrado muerto junto a su madre, Emille Ianca dos Santos Silva, de 29 años, en una residencia del barrio de Santos Reis.
El incidente ocurrió el 20 de mayo de este año. En ese momento, madre e hijo fueron encontrados en avanzado estado de descomposición.
El cuerpo de Emille fue enterrado ese mismo día, pero el de Ícaro tuvo que ser enviado a Belo Horizonte para realizar pruebas de identificación, lo que prolongó la espera para el entierro.
La Policía Civil declaró en un comunicado que la investigación continúa y que, por el momento, no se han confirmado detalles sobre las circunstancias de las muertes.
Las labores forenses incluyeron la recolección de materiales de la propiedad, pero aún no se ha determinado la causa de la muerte.
Según la Policía Militar, los vecinos llamaron a la policía tras percibir un fuerte olor proveniente de la casa.
El incidente causó gran conmoción en Alterosa e, incluso después del entierro del niño, sigue sin haber respuestas definitivas para los familiares y residentes.