El sindicato que representa a los trabajadores portuarios de Estados Unidos ha señalado que 45.000 de sus miembros abandonarán sus puestos de trabajo a medianoche, lo que dará inicio a una huelga que probablemente cerrará los puertos de las costas este y del golfo.
El paro laboral que se avecina amenaza con enredar significativamente la cadena de suministro del país, lo que podría provocar un aumento de los precios y retrasos en la llegada de las mercancías a los hogares y las empresas si se prolonga durante semanas. Esto se debe a que la huelga de los miembros de la Asociación Internacional de Estibadores podría provocar el cierre de operaciones de 36 puertos, que manejan aproximadamente la mitad de las mercancías que entran y salen de Estados Unidos.
La ILA confirmó durante el fin de semana que sus miembros iniciarían los piquetes a las 12:01 a.m. del martes. En una actualización del lunes, el sindicato culpó a la Alianza Marítima de Estados Unidos, que representa a los puertos, por seguir “bloqueando el camino” hacia un acuerdo antes de la fecha límite del contrato.
“Los transportistas marítimos representados por USMX quieren disfrutar de las ricas ganancias de miles de millones de dólares que obtendrán en 2024, mientras ofrecen a los trabajadores portuarios de ILA un paquete salarial inaceptable que rechazamos”, dijo ILA en una declaración preparada. “Los trabajadores portuarios de ILA merecen ser compensados por el importante trabajo que realizan para mantener el comercio estadounidense en movimiento y creciendo”.
ILA también acusó a los transportistas de “estafar a sus clientes” con importantes aumentos de precios de los contenedores en las últimas semanas. El sindicato dijo que esto resultará en mayores costos para los consumidores estadounidenses.
Si se prolonga, la huelga obligaría a las empresas a pagar a los transportistas por los retrasos y provocaría que algunos productos llegaran tarde para la temporada alta de compras navideñas, lo que podría afectar la entrega de cualquier cosa, desde juguetes o árboles de Navidad artificiales hasta automóviles, café y fruta.
Una huelga podría tener un impacto casi inmediato en los suministros de importaciones perecederas como los plátanos, por ejemplo. Los puertos que podrían verse afectados por la huelga manejan 3,8 millones de toneladas métricas de bananas cada año, o el 75% del suministro del país, según la American Farm Bureau Federation.
Los estadounidenses también podrían enfrentarse a precios más altos a medida que los minoristas sientan la restricción de la oferta.
“Si las huelgas siguen adelante, causarán enormes retrasos en toda la cadena de suministro, un efecto dominó que sin duda se extenderá hasta 2025 y provocará caos en toda la industria”, señaló Jay Dhokia, fundador de la empresa de gestión de la cadena de suministro y logística Pro3PL.
Dhokia agregó que los puertos de la Costa Este no son los únicos en riesgo de interrupción, ya que la preocupación previa a la huelga ya ha desviado muchos envíos hacia el oeste, lo que aumenta la congestión de las rutas y la presión sobre la demanda. Los impactos también se sentirán a nivel internacional, particularmente en lugares como el Reino Unido, dijo, donde Estados Unidos es su principal socio comercial.
Los miembros de la ILA exigen salarios más altos y la prohibición total de la automatización de grúas, puertas y camiones portacontenedores utilizados en la carga o descarga de mercancías.
La próxima huelga de los trabajadores de la ILA, que afectará a los puertos desde Maine hasta Texas, será la primera del sindicato desde 1977. Los trabajadores portuarios de la Costa Oeste pertenecen a un sindicato diferente y no participan en la huelga.
Si una huelga se considerara un peligro para la salud económica de Estados Unidos, el presidente Joe Biden podría, en virtud de la Ley Taft-Hartley de 1947, solicitar una orden judicial para un período de reflexión de 80 días. Eso suspendería la huelga.
Todas las miradas están puestas en qué medida podría adoptar la administración, si es que adopta alguna, en particular a pocas semanas de unas reñidas elecciones presidenciales. Pero Biden ha señalado que no ejercerá este poder.
Durante un intercambio con periodistas el domingo, Biden dijo “no” cuando se le preguntó si planeaba intervenir en el posible paro laboral.
“Como se trata de una negociación colectiva, no creo en la ley Taft-Hartley”, afirmó.
En una reunión informativa celebrada el lunes, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, reiteró que la administración nunca había invocado la ley Taft-Hartley “para romper una huelga y que no están considerando hacerlo ahora”. Añadió que los altos funcionarios seguían instando a ambas partes a volver a la mesa de negociaciones y negociar de buena fe.
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