El día de la unión, de festejar, compartir y hasta abrir regalos ha llegado. Hoy es 25 de diciembre, Día de la Navidad, fecha en la que se conmemora el nacimiento del niño Jesús, considerado la deidad de las religiones cristianas y que nació de una mujer llamada María hace más de dos mil años en Belén, Palestina, lugar actualmente en conflicto bélico con Israel.
En la Navidad, el ambiente es distinto. Los amigos y familiares suelen sacar más tiempo para compartir, no solo regalos, también para expresar sus afectos y demostrar solidaridad con los demás.
En República Dominicana, después del momento especial de la cena de Nochebuena con toda la familia, en el día siguiente de Navidad, es popular el recalentado para concluir la degustación del gran banquete de la noche anterior.
La felicidad que provoca acortar distancia entre la familia, los amigos y con todas las personas que nos rodea se percibe de una manera sinigual entre niños, adultos y mayores.
Este día, muchas familias acostumbran abrir los regalos. Algunos de los más pequeños, cuyos padres les han inculcado la creencia en Santa Claus, abren sus sorpresas luego de haber escrito “una extensa carta” a Papá Noel, como también se le llama al popular barbudo. Otras familias escogen el 6 de enero para abrir los obsequios.
“La brisa navideña” se siente más amena y el bullicio alegre de los niños del vecindario trae consigo el recordatorio de que hemos arribado a la fecha cúspide del “mejor mes del año”.
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“Navidad”, esta palabra mágica proviene del latín nativitas, ‘nacimiento”. De igual forma, el origen es el mismo que tiene el francés Nöel, el italiano Natale y el portugués Natal. En el idioma inglés, la celebración se le denomina Christmas (Mass of Christ ’s day, ‘día de la misa de Cristo (Jesús)’).
Conforme con los Evangelios de Mateo y Lucas, Jesús es el Mesía, anunciado por los profetas en el Antiguo Testamento. Nació en la aldea de Belén, durante el reinado de Herodes el Grande, rey vasallo de Roma (Mt 2,1; Lc 1, 5 y 2, 6-7).
El Evangelio de Lucas explica que María y José, se desplazaron desde Nazaret hasta Belén para empadronarse, con la finalidad de cumplir con un decreto del emperador Augusto (Lc 2, 1-6). Asimismo, se detalla que Jesús nació en un pesebre “porque no había sitio en la posada” y que un ángel anunció su nacimiento a unos pastores, quienes se presentaron a adorarlo.
