Travis Shreeve, un contador que experimentó una situación crítica tras contraer Covid-19, comparte su impactante historia de lo que vivió durante su tiempo en coma. Su relato no solo es un testimonio de la fragilidad de la vida, sino también una exploración de lo que podría existir más allá de nuestra realidad cotidiana.
Travis, como muchos otros durante la pandemia, había llevado un estilo de vida sedentario que resultó en un aumento de peso. El día que su salud comenzó a deteriorarse, estaba a punto de salir de su casa para una cita médica. Sin embargo, al bajar las escaleras, comenzó a sentir dificultades para respirar. En un acto de desesperación, le pidió a su esposa que llamara a una ambulancia y, poco después, se desmayó en el pasillo.
Mientras era transportado al hospital, Travis tuvo destellos de conciencia. Recordó fragmentos de su trayecto, pero pronto se sumergió en un estado de coma. En sus propias palabras, describió su experiencia como «más consciente de lo que hubiera querido ser». Sentía que los médicos y enfermeras que lo atendían parecían ignorarlo, lo que intensificó su sensación de vulnerabilidad.
Travis sintió que algo estaba terriblemente mal. A pesar de su estado, estaba consciente de la actividad a su alrededor, pero la falta de comunicación de los profesionales de la salud lo dejó con una sensación de desamparo. Esta experiencia lo llevó a reflexionar sobre la importancia de la empatía en el cuidado médico.
Durante su tiempo en coma, experimentó una serie de visiones y sensaciones que lo llevaron a un lugar que describió como «hermoso» y «limpio», el cual lo hizo olvidar temporalmente su crisis de salud.
El hombre describió su experiencia en este «lugar» como una realidad completamente diferente. El entorno era tan puro que le resultó evidente que no estaba en la Tierra. Esta sensación de limpieza y serenidad contrastaba drásticamente con su lucha por la vida en el hospital.
Encuentros en el más allá
Uno de los aspectos más intrigantes de la experiencia fue su interacción con dos figuras en este lugar alternativo. Aunque no pudo verlos claramente, sentía que había alguien más con él.
Travis mencionó a una mujer que parecía conocerlo y amarlo. Esta figura le comunicó que todo iba a estar bien. La forma en que se comunicó con él fue casi mística, como si le transmitiera información directamente a su mente. Esta conexión dejó una impresión duradera en él, quien sintió que ella había intervenido en su situación.
A lo largo de su relato, también expresó su creencia de que esta mujer había influido en las decisiones de los médicos o incluso había hecho una súplica divina en su nombre. Esta idea de intervención externa le proporcionó una sensación de esperanza en medio de su crisis.
El regreso a la realidad
Después de esta experiencia trascendental, Travis se despertó en el hospital. A pesar de la gravedad de su situación, sentía una confianza renovada, creyendo que la mujer había encontrado una manera de ayudarlo.
En su regreso a la conciencia, tuvo una última visión que le trajo paz. Se imaginó junto a su familia y otras personas importantes en su vida. La mujer le habló una vez más, asegurándole que «todo iba a estar bien» y que «volverían a estar juntos». Este mensaje lo reconfortó y le dio la fuerza necesaria para enfrentar su recuperación.
Esta experiencia no solo es un testimonio de su lucha personal, sino también una reflexión más amplia sobre la vida y la muerte. Su relato invita a cuestionar lo que realmente significa estar vivo y cómo nuestras conexiones con los demás pueden influir en nuestras experiencias más profundas.
