Después de 12 años como piloto del equipo Mercedes de Fórmula 1 y 18 años trabajando con unidades de potencia de Mercedes, Lewis Hamilton dio un atrevido paso al lado para cumplir uno de sus sueños: ser piloto de Ferrari en la máxima categoría del automovilismo.
Sin embargo, ese sueño que empezó con una gran expectación y unas fotos memorables en Maranello, ha ido torciéndose poco a poco desde que los monoplazas empezaron a rodar en Australia.
El siete veces campeón del mundo ha tenido muchos problemas para adaptarse a la filosofía del equipo italiano, así como también a la unidad de potencia del Cavillino. El hecho de no haber podido subir al podio todavía vestido de rojo estaba claramente lejos de sus objetivos, pero aunque los resultados todavía no acompañen, Hamilton asegura que ha dado un paso adelante.
Tras la carrera de Bakú, el de Ferrari hizo autocrítica: “Creo que aún tengo que mejorar mi agresividad“.
Y ahondó un poco más en sus problemas: “El coche ha sido bastante ágil, así que aún no tengo plena confianza al frenar cuando ataco. En la última carrera sí lo tuve, pero en esta no lo noté tanto con la configuración que finalmente usamos”.
Sin embargo, Hamilton asegura que el progreso ha sido real en las últimas carreras, por lo que confía en poder demostrarlo con resultados en al menos unos de los últimos siete fines de semana de carrera restantes de esta temporada 2025 de la Fórmula 1.
“Es una locura, porque hemos estado progresando pero no hemos obtenido resultados, sobre todo en las últimas carreras. Entonces no hay ningún progreso en ese sentido, así que creo que en algún momento podremos hacer un buen fin de semana y obtener un buen resultado”.
El jefe del equipo Ferrari, Frederic Vasseur, admitió hace unas cuantas semanas que tanto él como Hamilton podrían haber subestimado las dificultades que el cambio supondría para el piloto británico pasar de Mercedes a Ferrari, con todo lo que conlleva, pero ambos siguen pensando que pueden alcanzar el éxito juntos.
La próxima temporada está en el punto de mira para ambas partes, ya que el cambio reglamentario a nivel técnico y de unidades de potencia es una oportunidad para todos los equipos que en estos momentos no dominan y especialmente para Hamilton, que a sus 40 años no se ve pilotando eternamente en la Fórmula 1.
Lewis Hamilton, Ferrari