Santiago. Las excavaciones masivas que se realizan en la calle Benito Monción para la construcción de un túnel o de corredores subterráneos de servicios públicos, particularmente de cableado eléctrico, telefónico y de fibra óptica, han resultado en interesantes hallazgos.
La zona bajo investigación, como muestra el plano de la ciudad de 1892 de Federico Llinás Andreu y Federico Llinás Santamaría, formó parte del firme del fuerte Patria, rebajado y cortado a pico y pala en 1902 para prolongar la calle Independencia hacia el oeste, sobre La Joya.
Los vestigios que se han encontrado reflejan una humilde cotidianidad y evocan con elocuencia una época del pasado de la ciudad.
Proceso de evaluación de la importancia arqueológica
El proceso de evaluación y documentación arqueológica realizado por el arqueólogo Francisco Coste, de la Dirección Nacional de Patrimonio Monumental y de la Comisión Consultiva de Arqueología del Ministerio de Cultura, y el arquitecto Juan Isidro Tineo, investigador y colaborador de la Dirección Nacional de Patrimonio Monumental y el Museo del Hombre Dominicano, en la zanja abierta en la calle Benito Monción, entre las calles Restauración e Independencia, en Santiago, ha permitido que se inicie un proceso de para determinar su valor histórico.
Sin embargo, entre las respuestas encontradas establecen que, en primer lugar, se ha descartado que se tratase de un contexto colonial o de un pozo séptico y confirmó que la estructura encontrada en la cara este de la zanja corresponde a un desagüe, lo que avala la hipótesis de que pudo formar parte de los desagües construidos por el ayuntamiento al filo del siglo XIX para recoger las aguas de las calles y preservarlas de la erosión.
Los trabajos de excavación se realizan con el objetivo de soterrar el cableado.
En los lugares excavados existió un viejo vertedero
El informe destaca los cambios sufridos en el área, capas de tierra de relleno y de basura llevan a concluir que el terreno fue accidentado en algún momento y que fue un punto marginal para el depósito de desechos sólidos, lo que testimonia Pedro R. Batista en su obra “Santiago a principios de siglo”, al referir el basurero que existía al final de la calle a comienzos del siglo XX.