La exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, dudó sobre si cumpliría o no su promesa de apoyar al eventual candidato presidencial republicano si no gana las primarias republicanas sobre su rival Donald Trump.
Durante su aparición en “Meet the Press” de la cadena NBC News, fue cuestionada si se sentía obligada a cumplir con ese compromiso, respondió: “No. Creo que tomaré la decisión que quiera tomar”.
Haley firmó el llamado compromiso de lealtad el año pasado para poder participar en los debates del partido. Trump, que no debatió, se negó.
Desde entonces, Haley se ha vuelto cada vez más crítica con el expresidente y dejó en duda si respaldaría o no a Trump si gana la nominación republicana.
“Si hablas de un respaldo, estás hablando de una pérdida. No pienso así. Cuando estás en una carrera, no piensas en perder. Piensas en seguir adelante. Lo que yo “Lo que puedo decir es: no creo que Donald Trump o Joe Biden deban ser presidentes”.
Lo anterior pese a que el expresidente Donald Trump venció nuevamente a la exgobernadora de Carolina del Sur en la carrera por la nominación republicana, al ganar en los caucus de los estados de Idaho, Missouri y Michigan, que se celebraron el sábado.
Por ahora, Trump ha derrotado a Haley en todas las primarias tempranas y se espera que continúe haciéndolo, aunque ella ha argumentado que la notable minoría que está ganando muestra que muchos votantes quieren una alternativa a Trump.
Las encuestas indican que es poco probable que gane muchas primarias en los próximos estados, si es que alguna.
Trump necesita ganar al menos 1,215 de los 2,429 delegados disponibles para conquistar la nominación republicana, quienes serán los encargados de elegirlo en la Convención Nacional del Partido Republicano en Milwaukee, en julio. Según un recuento del diario The Washington Post, Trump tiene acumulados 244 delegados, mientras que Haley solo cuenta con 24.
Pese a ello, cuando la moderadora Kristen Welker la presionó específicamente sobre el compromiso que firmó, Haley sugirió que lo firmó simplemente para hacer el debate y que el Comité Nacional Republicano, que se encuentra en medio de un cambio de liderazgo, no es el mismo organismo que era cuando se hizo la promesa.
“La promesa del Comité Nacional Republicano… quiero decir, en el momento del debate, tuvimos que llevarla al punto: ‘¿Apoyaría al candidato?’ Y para poder subir al escenario del debate, dijiste “sí”. El Comité Nacional Republicano ya no es el mismo Comité Nacional Republicano”, dijo Haley.
Anteriormente, Haley se había mostrado optimista sobre su permanencia en la carrera hasta el Súper Martes, aunque ha sido más especulativa sobre lo que le espera más allá de ese día.
Si bien se ha vuelto más ambivalente respecto de respaldar en última instancia a Trump si gana la nominación, no sería la primera rival de Trump en criticarlo duramente y luego apoyar su candidatura a la Casa Blanca.
El senador de Texas Ted Cruz dijo durante la Convención Nacional Republicana de 2016 que los conservadores deberían “votar en conciencia”, sin respaldar a Trump, pero luego dijo ese mismo año que había cambiado de opinión “después de muchos meses de cuidadosa consideración”.
Además, de acuerdo a algunos analistas, aunque Haley sucumba en aparecer en las boletas de noviembre, tal vez esté mirando cuatro años más adelante, con la vista puesta en las próximas elecciones presidenciales de 2028.
Si ese es el plan, la campaña actual de Haley le proporcionaría una ventaja significativa, funcionando como un ensayo a nivel nacional para sus mensajes y recaudación de fondos.
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