Israel ha continuado atacando este sábado distintos puntos de Líbano, incluida su capital, Beirut, en una nueva oleada de bombardeos a supuestos “objetivos terroristas de Hezbolá“. Esta campaña de ataques cerca de la capital ha comenzado poco después de otro bombardeo de intensidad sin precedentes en el extrarradio sur de Beirut con la supuesta intención de matar al líder de Hezbolá, Hasan Nasrala, cuya muerte ha sido confirmada por el Ejército israelí: “Hasan Nasrala ya no podrá aterrorizar al mundo”, han anunciado.
Estos ataques por parte de Israel han encendido a países como Irán, que ya ha asegurado que el bombardeo del viernes “cambia las reglas del juego y requiere castigo y disciplina apropiados para su perpetrador”, ha resaltado la Embajada iraní en Beirut. Del mismo modo, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kanani, ha subrayado que el bombardeo israelí sobre Beirut es un “crimen de guerra inocultable” del que Estados Unidos es también “cómplice” y debería rendir cuentas.
Ante esta situación, el presidente de EE UU, Joe Biden, al Pentágono que evalúe y ajuste en caso necesario las fuerzas estadounidenses en Oriente Medio para impulsar una desescalada de las tensiones en la región que eviten una guerra total.
