Guadalupanos de NY: “Que sea lo que Dios quiera”

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Mientras transcurren los 9 días de festejo que culminan este jueves 12, creyentes que acudieron a celebrar a la Inmaculada Concepción al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en la 14th Street de Manhattan aseguraron no tener miedo a las deportaciones masivas anunciadas por el próximo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

“Que sea lo que Dios diga”, dice José Guerrero quien acudió al templo también conocido como San Bernardo con su esposa e hija de dos años. Su principal petición a la Virgen de Guadalupe es el que cuide a su familia, pero al confirmar su condición de alguien “sin papeles” muestra por otro lado mucha seguridad: “No hay por qué tener miedo o temor ya que he caminado bien recto y el que nada debe nada teme” agrega sobre las amenazas que ha emitido sobre todo el nombrado zar de la frontera Tom Homan quien ha reiterado que irá sobre quienes se hallan en una situación migratoria irregular para deportarlos a su país. “Aquellos que estén en malos pasos, esos son los que deben de temer las deportaciones”, asegura José.

Otro que dijo no temer a esas amenazas fue Nicolás Buendía, quien aseveró que su fórmula para las desgracias “es afrontarlas con mucha fe”, pues eso normalmente ayuda a ahuyentar a los demonios. Él también acude cada año a venerar a la Virgen María a la que siempre pide proteja a su familia.

Norberto Escamilla e Isabel Simón de Escamilla celebrarán a la Virgen Morena en la Gran Manzana. /Juan Alberto Vázquez

Mientras, Norberto Escamilla admite que pediría a la Virgen “nos proteja contra deportaciones y perdone por todo eso”. Norberto aclara que “sólo queremos trabajar y colaborar para que este país (Estados Unidos) crezca”. Su esposa Isabel Simón de Escamilla interviene y promete rogar “a nuestra madrecita linda para que nos proteja y haga que nos concedan los documentos que necesitamos para seguir aquí”. Ella pone como ejemplo la tragedia que representa “cuando separan a las familias” y dice que no se lo desea a nadie.

Como parte de la Arquidiócesis de Nueva York, el templo Nuestra Señora de Guadalupe en San Bernardo, en Manhattan, celebró como cada 9 de diciembre la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, parte del novenario de los festejos que rodean a la Virgen de Guadalupe.
Esta misa tiene la particularidad de celebrarse con las partes musicales interpretadas por un mariachi en vivo, incluye la emblemática canción de cierre “La Guadalupana”.

La misa más grande

El cardenal de Nueva York Timothy Dolan se suma al fervor guadalupano en la catedral de San Patricio. /www.thegoodnewsroom.org

En preparación para lo que son los festejos Guadalupanos del 2024, Su eminencia, el Cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, reconoció que de “las más de 20 Misas que por diferentes tradiciones hispanas” se celebran en la Catedral de San Patricio durante todo el año, “la celebración de Nuestra Señora de Guadalupe es la más grande y una de nuestras ocasiones más alegres”.

El momento cumbre de las actividades en San Patricio inicia con una misa en la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en San Bernardo a las 6 de la tarde del miércoles 11. Una hora después a las 7 de la noche arrancan las “Tradicionales Mañanitas a la Virgen”, un evento colorido, aunque solemne y respetuoso que incluye mariachi y danza tradicional mexicana.

Para hoy 12 de diciembre a las 7 de la mañana la estatua de La Señora de Guadalupe comienza su procesión desde San Bernardo, subiendo por la 8a Avenida, para enfilar luego hacia el este por la 50th Street hasta arribar a la Catedral de San Patricio. En esta marcha participan cientos de fieles que muestra su devoción a lo largo del paseo.
Hoy a las 10 de la mañana la procesión concluye con una misa oficiada por el cardenal Dolan en una Catedral de San Patricio que suele tener cupo lleno para dicha ocasión.

Una tradición viva y cargada de pureza

La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos señala que, bajo el título de Nuestra Señora de Guadalupe, La Virgen María es la patrona “de México, de los Estados Unidos y de todas las Américas, así como la protectora de los niños no nacidos”.

El altar con la imagen de la Virgen de Guadalupe y San Juan Diego en la iglesia San Bernardo.
/Juan Alberto Vázquez

Recuerdan que, según la tradición católica, en 1531, ella se le apareció en una visión al campesino Juan Diego en el cerro del Tepeyac en la Ciudad de México, y le encargó pidiera al obispo que construyera un templo en ese lugar. Como el obispo dudara de las palabras del mismo Juan Diego, le exigió una señal más. Así es que, en otra visión, La Señora de Guadalupe ordenó al indígena recoger flores en su manto para llevárselas al obispo. Pero resulta que “cuando Juan Diego abrió su manto, la colorida imagen de Guadalupe estaba estampada en la tela del cactus”.

Presuntamente, ese mismo ícono es el que se conserva en el santuario más famoso del hemisferio occidental, y segundo más visitado del mundo, el del cerro del Tepeyac donde cada año se celebran ahí verdaderas, incluso desgarradoras muestras de fervor.

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“Ella es increíblemente significativa para el pueblo mexicano y para toda la Iglesia; ella está verdaderamente entrelazada en la cultura mexicana y más allá”, detalla Wanda Vázquez, directora de la Oficina Arquidiocesana del Ministerio Hispano de Nueva York.

Ahí en la Basílica de Guadalupe en el cerro del Tepeyac cada año se rompe el récord de asistencia. En el 2017 se registraron 7.2 millones de personas que acudieron a dicho templo entre el 8 y el 12 de diciembre. Sin embargo, ya para el 2021 luego de que el COVID obligara a suspender las romerías un año antes, se registraron 12 millones de visitantes que viajan de diferentes partes de la República Mexicana y del mundo entero.

Muchos fieles se trasladan a pie y unos pocos suelen recorrer de rodillas el último tramo del trayecto, como para pagar una manda o agradecer por un milagro concedido.

En este 2024 la Jefa de Gobierno de la capital mexicana, Clara Brugada, dijo que esperan se mantenga la cifra de 12 millones de peregrinos, un número que suele ser un reto operativo para cualquier administración.

En la Arquidiócesis de Nueva York, los festejos son también numerosos debido a que su jurisdicción se extiende sobre 7 condados alrededor del estado además de afiliar a 7 diócesis alternas: desde Búfalo pasando por Albany y, por supuesto, Brooklyn. En total esta Arquidiócesis atiende a más de 2 millones 800 mil fieles bautizados a través de 288 parroquias, muchas de las cuales cuentan con Grupos Guadalupanos.
Que en esta época del año celebran un sinfín de actividades.

La Virgen como factor de unión comunitaria

Alterna a la devoción que se le prodiga, para los inmigrantes de México y Latinoamérica en Nueva York, la Virgen de Guadalupe significa un motivo para la cohesión, para realizar actividades conjuntas e incluso socializar.

Eduardo Hernández, quien comanda un Grupo Guadalupano en St Michael´s Roman Catholic Church, en la zona de Flushing en el barrio de Queens, presume que su congregación se reúne cada sábado las 52 semanas del año. Dice que empezaron con la tradición en el 2019 y detalla que al grupo lo forman sobre todo parejas debido “a que damos muchas charlas de orientación dirigidas a familias, y eso ha generado el interés “de los matrimonios que luego se quedan en el grupo”.

Tanto en este como en otros Grupos Guadalupanos como los de la Church of the Annunciation en Manhattanville, o en la St Philip Neri Church, en El Bronx, los líderes suelen llevar la imagen de la Virgen María que reposa en esos templos, a casa de fieles que así lo soliciten. Así reciben la bendición de la Guadalupana, en casos donde haya un familiar enfermo, una crisis económica o en el que deseen simplemente tener la efigie por unas horas en el hogar.

Otro esfuerzo loable es el que realizan el Grupo Asociación Tepeyac de Nueva York que cada año organiza la Carrera Antorcha Guadalupana México-Nueva York. Se trata de un recorrido de 2 mil 700 millas que parte de la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México y durante 50 días recorre nueve Estados de la República Mexicana y otros 10 en la Unión Americana hasta llegar a la Gran Manzana.

En este viaje, una efigie de la Virgen de Guadalupe es montada en la parte trasera de una camioneta pick up, aunque en muchos tramos la antorcha es trasladada por fieles voluntarios llamados “mensajeros por la dignidad de un pueblo dividido por la frontera”.
Todos ellos, se unirán a la procesión mañanera del jueves 12 que culmina en San Patricio y donde se cumplirá un año más de veneración a la Santa Patrona cuya influencia entre sus fieles no decrece.

“Yo estoy aquí para darle las gracias, no para pedirle nada”, dice a El Diario de Nueva York Lorena Valle durante la misa de la Inmaculada Concepción del lunes 9 en San Bernardo. “Le doy las gracias por la familia, por los hijos que sigan bien, y que me permita celebrar con ellos como cada año”.

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“Para las deportaciones que se vienen, hay que confiar en nuestra madre, que seguro va a extender su manto para cubrir a quienes lo necesiten”, dice finalmente Valle antes de regresar a rezar el rosario junto a decenas de fieles que se quedaron después de la misa para realizar dicha actividad.
La Virgen de Guadalupe lo merece y lo vale.



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