Por: Ling Almánzar
Desde ya se dibujan las grandes perspectivas económicas, sociales y políticas de República Dominicana para este esperado año nuevo. Hablan los expertos: En lo económico, se espera un panorama económico muy similar al 2024; en lo social, estabilidad y gobernabilidad, de acuerdo al comportamiento económico; en lo político, la misma situación, con el oficialismo reinando.
Aunque economistas tienen miradas diferentes, queda claro que la economía nacional tendría un crecimiento de aproximadamente un 5 %, con una inflación moderada entre un 4 y un 5 %. En todo caso, dependerá de lo que suceda en el resto del mundo y de posibles catástrofes naturales.
En años recientes, tormentas y huracanes han causado estragos en el país, produciendo daños gordos en la agricultura, los acueductos y las redes eléctricas. Esos daños mellaron el presupuesto nacional en esos años.
Hay grandes desafíos. El economista Williams Medrano apunta que el déficit fiscal será de aproximadamente un 3.6 %, puesto que el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá 78 mil millones de pesos más que en el 2024.
Más deudas
Otro reto seguirá siendo la deuda pública. El Gobierno ha recurrido al endeudamiento externo para poder captar más recursos, cubrir el déficit fiscal y cumplir con sus compromisos en materia de educación, salud, obras públicas y otras áreas. El presupuesto de 2025 contempla el financiamiento a granel.
Medrano indica que este Gobierno ha tomado más de 30 mil millones de dólares en empréstitos, y que la cosa no termina ahí: podrá también tomar más de 6 mil 500 millones de dólares, según lo contemplado en el Presupuesto General 2025.
En lo social
Si la economía sigue oxigenada con inversiones extranjeras, se mantendría la estabilidad social. Sin embargo, la reputada socióloga Rosario Espinal observa que la gobernabilidad sociopolítica dependerá, en cierta manera, a lo que suceda con la nueva administración de Trump.
En un artículo publicado en Acento, Espinal observa que si Trump sube los aranceles y ejecuta una deportación masiva de inmigrantes, la situación “se complicaría para Estados Unidos con un posible aumento de la inflación y se generaría una recesión en otros países”; además, según ella, habría “problemas relacionados con dislocación de la producción global”, lo cual afectaría a RD.
“Para la República Dominicana, la situación sería particularmente riesgosa: los turistas provienen fundamentalmente de Estados Unidos, las remesas también, y las exportaciones de zonas francas y agrícolas tienen fundamentalmente ese destino”, analiza.
Para ella, un posible aumento de aranceles dispararía la inflación en Estados Unidos y, si expulsaran la mano de obra inmigrante, “disminuiría la posibilidad de viajar de los turistas y el envío de remesas de los dominicanos”.
Si se aplicaran “a las exportaciones dominicanas un aumento de aranceles, podrían declinar las zonas francas y parte del sector agrícola”. Además, las deportaciones afectarían a los dominicanos indocumentados y haitianos indocumentados serían devueltos a su país también.
En lo político
Para el politólogo Daniel Pou, los mismos partidos son los que están erosionando al propio sistema partidario, lo cual les ha granjeado la malquerencia de los ciudadanos y, por ello, han caído en el descrédito público.
Advierte que el sistema electoral se está agotando y que la abstención es la muestra máxima de ello, de manera que en el 2028 podría llegar el parteaguas. “Serán elecciones muy complicadas”, observa en conversación con este medio.
Pou apoya las candidaturas independientes, pero estima que esas opciones no va a evitar el abismo en que están cayendo los partidos, de manera que en el país podría surgir una dictadura o un régimen a lo Milei en Argentina.
Para él hay un serio “problema de gobernanza” en el país, porque habría que afectar a grupos de poder y nadie, sin embargo, quiere correr ese riesgo. Así pues, los partidos están cavando su propia tumba.
