Un gran jurado decidió no procesar al padre de dos estudiantes de la Universidad Estatal de Kentucky que enfrentaba cargos de asesinato por un tiroteo en el campus que resultó en la muerte de un joven de 19 años y dejó a otro gravemente herido.
Tras la audiencia del martes, el abogado defensor Scott Danks anunció en redes sociales que los miembros del jurado no procesaron a su cliente, Jacob Lee Bard, por el incidente del 9 de diciembre, por lo que el acusado recuperó su libertad.
La defensa de Bard sostiene que entre 20 y 30 personas se reunieron para atacar a su hijo y su familia, y que su cliente actuó en legítima defensa al disparar contra dos individuos que golpeaban violentamente a su hijo.

Según la versión de los abogados defensores, la familia se encontraba retirando al hijo menor de la residencia universitaria, acompañada por dos oficiales de seguridad armados, luego de haberlo desmatriculado debido a “múltiples incidentes violentos y armados” en su contra y contra otros estudiantes en los días previos al 9 de diciembre, algunos de los cuales quedaron registrados por cámaras de seguridad.
Los letrados relataron que, cuando la familia y un oficial llegaron a la entrada de la residencia, un grupo de personas con máscaras y capuchas emergió y comenzó a agredir violentamente a la familia y a otras personas, llegando a golpear la cabeza del hijo contra el pavimento.
En octubre, el hijo menor había reportado un robo en su habitación a la policía del campus y posteriormente recibió amenazas de violencia. Debido a continuas amenazas de muerte, ambos hijos se encuentran actualmente en un lugar no revelado por seguridad.
“Las acciones de Jacob estuvieron absolutamente justificadas según la ley y fueron la única medida que evitó la muerte o lesiones graves de su hijo”, afirmaron los abogados en un comunicado.
Las autoridades investigadoras han calificado el tiroteo como un “incidente aislado”, aunque no han compartido públicamente detalles específicos sobre las circunstancias o un posible motivo.
La víctima fatal fue identificada como De’Jon Fox, de 19 años, originario de Indianápolis.
Tras la decisión judicial, las autoridades de la Universidad Estatal de Kentucky afirmaron que “cooperarán con las fuerzas del orden y los investigadores según corresponda” y reafirmaron que su prioridad institucional es la seguridad y el bienestar estudiantil.
En un mensaje dirigido a la comunidad universitaria, la institución educativa señaló que la decisión del gran jurado “no disminuye el dolor que nuestra comunidad continúa sintiendo, ni cambia nuestras prioridades fundamentales”.
“Nuestro compromiso sigue centrado en apoyar a nuestros estudiantes y garantizar que la Universidad Estatal de Kentucky sea un lugar seguro para aprender, vivir y trabajar”, agregó la declaración institucional.
Este evento representa el segundo tiroteo registrado en cuatro meses cerca de la residencia estudiantil. El 17 de agosto, un individuo disparó múltiples veces desde un vehículo, impactando a dos personas que, según confirmó la universidad, no eran estudiantes.
La policía de Frankfort detalló que una víctima de ese incidente anterior fue tratada por lesiones menores, mientras que la segunda sufrió heridas graves. La residencia universitaria y al menos un vehículo resultaron dañados por los disparos.
Las autoridades policiales indicaron que Bard, de 48 años, es residente de Evansville, Indiana, ubicada aproximadamente a 240 kilómetros al oeste de Frankfort. El acusado también enfrentaba un cargo adicional de agresión en primer grado.
La Universidad Estatal de Kentucky es una institución pública históricamente afroamericana que cuenta con una población aproximada de 2.200 estudiantes. Su creación fue autorizada por la legislatura estatal en 1886.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**



