El Gobierno de Venezuela expresó este miércoles su preocupación por la ola de violencia en Haití, donde bandas armadas han tomado el control de algunas zonas, y aseguró estar dispuesto a contribuir en una solución a la crisis que, hasta la fecha, ha desplazado a más de 15.000 haitianos de sus hogares.
Venezuela «reafirma su disposición y voluntad a contribuir en una solución para la crisis que atraviesa el pueblo haitiano, a través de la construcción conjunta de una respuesta solidaria, bajo los principios de buena vecindad y solidaridad internacional», según un comunicado oficial.
El Ejecutivo chavista aboga por un diálogo inclusivo entre las fuerzas políticas y sociales de Haití, a fin de trabajar en una solución «hacia un plan de naturaleza política, con miras a la conformación de un gobierno, la reinstitucionalización de los poderes públicos, la reinserción en la economía internacional y la formación de fuerzas de seguridad efectivas y de un ejército propio».
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La Administración de Nicolás Maduro también manifestó su preocupación por los «riesgos que se ciernen» sobre Haití «al recurrir a fórmulas de injerencia en su soberanía, que incluyen un deterioro mayor de su institucionalidad y el uso, nuevamente, de fuerzas extranjeras sin un acompañamiento integral que garantice una paz duradera y estable».
«La historia reciente en Haití ha sido testigo de golpes de Estado, intervenciones militares y violaciones del orden político nacional e internacional, que han dado como resultado el actual estado de inestabilidad y violencia, que ha sido la base para que grupos armados, vinculados al tráfico de drogas hacia los Estados Unidos, desestabilicen el país», señaló.
Las bandas armadas han arreciado sus acciones desde el 28 de febrero, cuando se conoció que el primer ministro, Ariel Henry, había retrasado para antes de finales de agosto de 2025 la celebración de posibles elecciones en el país.
Henry anunció esta semana que dimitirá junto a su Gobierno en cuanto haya un consejo presidencial de transición, porque «ningún sacrificio es demasiado grande» para el país.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) dijo este martes que la actual crisis de seguridad y la inestabilidad política por la que atraviesa Haití está «matando» la agenda de cooperación con el país caribeño.
Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) alertó de que necesita «desesperadamente» financiación para poder seguir dando comidas calientes en Haití, un país que está «al borde de una devastadora crisis de hambre» y en medio de una escalada de la violencia.