La evidencia estaba allí el domingo, antes de que se pateara el balón. Los Giants procedieron a mostrar un desempeño más triste que casi cualquier cosa exhibida en el campo esta temporada. Al acercarse el inicio del partido de la 1:00 p.m., al observar los asientos opacos y grises, surgió una reflexión predecible: ¿A quién le importa? Varios miles de asientos fueron ocupados por quienes se molestaron en salir de sus casas y no optaron por quedarse en casa. Fueron los miles de asientos vacíos los que dieron testimonio de la magnitud total de la decadencia de los Giants. Cuando quienes deciden voluntariamente quedarse en casa superan en número a quienes pasan por las puertas del estadio, es la señal más clara de una franquicia en problemas. **REDACCIÓN FV MEDIOS**
