El excongresista George Santos continúa en el centro de atención desde una prisión federal de Nueva Jersey, donde escribe un diario semanal para quejarse de la vida tras las rejas, su overol asignado por el estado e incluso el ‘jabón de papel de lija’. En ‘Mi vida tras las rejas’, Santos se lamenta sobre su nuevo trabajo en la cocina de la prisión mientras desata un torrente de quejas sobre la ‘erosión de su dignidad’. El antiguo amante de la moda está especialmente indignado por los ‘overoles de poliéster de color amarillo fluorescente… asignados por el estado’ que debe usar. También tiene quejas sobre el moho y el aire acondicionado roto. ‘Pasé de estar en la cúspide del poder y el prestigio, asistiendo a galas, navegando por recaudaciones de fondos multimillonarias en apartamentos relucientes de Manhattan y mansiones de Long Island, al punto más bajo del confinamiento federal’, se queja en las entradas publicadas por The South Shore Press, un medio de comunicación de Long Island. Santos, de 37 años, quien fue expulsado del Congreso en diciembre de 2023 y se declaró culpable de fraude electrónico y usurpación de identidad agravada en agosto de 2024, fue sentenciado en abril a siete años de prisión. Está recluido con otros 46 reclusos en la prisión de seguridad media FCI Fairton en Fairfield Township, donde sus compañeros de prisión son muy conscientes de quién es. ‘Desde el primer día, me he encontrado con personajes que podrían poblar una novela. A las horas de mi llegada, un hombre se acercó a mí, sin dudarlo, y dijo: ‘Usted es el congresista, pero puede llamarme el senador’. Esa fue mi comisión de bienvenida’, escribió. Hay al menos una cara familiar: su ex recaudador de fondos de campaña, Sam Miele. Miele, de 28 años, fue sentenciado en marzo a un año y un día de prisión por hacerse pasar por un asistente congresional de alto rango mientras recaudaba dinero para la campaña de Santos. ‘Sam es un tipo muy inteligente que se vio envuelto en el huracán de mi desmoronamiento muy público, y verlo aquí me recordó cuántas vidas se alteraron cuando mi mundo se derrumbó’, escribió Santos. ‘Hoy, en lugar de discutir la estrategia de campaña en áticos y salas de estar de propiedades, nos encontramos reflexionando sobre el pasado mientras estamos tumbados en las literas de la prisión’, escribió en otro despacho. ‘Hablamos abiertamente sobre nuestra llamada ‘caída en desgracia’, pero también hablamos sobre reconstruir, sobre el futuro, sobre demostrar que este no es nuestro capítulo final’.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**