Jerusalén.- Los ataques israelíes contra la Franja de Gaza de los últimos dos días dejaron 52 muertos y 118 heridos, según el recuento de los hospitales que publica casi diariamente el Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás.
Desde que comenzó la guerra, hace más de once meses, al menos 41.586 personas han muerto y más de 96.200 han resultado heridas en el devastado enclave palestino, según el ministerio, que no actualizaba sus cifras desde el jueves.
Los ataques israelíes continúan contra todo el largo de la Franja, incluso mientras el país escala su ofensiva contra el grupo chií Hizbulá en Líbano, que amenaza con desembocar en un conflicto regional.
El portavoz de la Defensa Civil gazatí, Mahmud Basal, informó en las últimas horas de un nuevo bombardeo contra una casa en el bloque C del campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro del enclave, que dejó al menos dos muertos y varios heridos.
Ayer, Basal recogió la muerte de al menos veinte personas en una serie de ataques en el norte, el centro y el sur del territorio, incluidos, por lo menos, cuatro menores.
Entre los bombardeos más mortíferos destaca uno que se cobró la vida de un hombre, su mujer y sus dos hijos, ambos con necesidades especiales, cuando se encontraban en una residencia familiar en Yabalia, en el norte de la Franja de Gaza.
Basal denunció además que el Ejército israelí continúa demoliendo edificios residenciales en Rafah, la localidad más al sur de la Franja, donde una criticada ofensiva israelí iniciada el pasado mes de mayo obligó a más de un millón de personas (la mayoría desplazados de otros puntos del enclave) a huir.
Muchos malviven ahora en una zona costera entre el centro y el sur de Gaza, que las autoridades israelíes identifican como «humanitaria» pero que se ve frecuentemente sometida a bombardeos y a órdenes de evacuación.
La ofensiva israelí obligó además a cerrar el paso fronterizo de Rafah hacia Egipto, por donde entraba gran parte de la ayuda humanitaria que alcanzaba el enclave desde el comienzo de la guerra.
El portavoz de la Defensa Civil reiteró ayer que el bloqueo israelí impide la entrada de combustible para cocinar, lo que obliga a los gazatíes a utilizar métodos peligrosos como la quema de cartones, plásticos o ropa.