Puerto Príncipe, 20 jun (EFE).- El primer ministro de Haití, Garry Conille, denunció este jueves la mala gobernanza, la falta de transparencia y la corrupción que asolan la administración pública del país y que hacen que el Estado sea «completamente ineficaz», y anunció una serie de medidas destinadas a restablecer la confianza de los ciudadanos en sus gob88ernantes.
«Hasta un 30 % del personal estatal recibe dinero del Estado sin estar realmente en su puesto de trabajo. Son cosas que estamos obligados a corregir inmediatamente, y vamos a tomar medidas para corregirlo todo», afirmó Conille en una rueda de prensa en Puerto Príncipe, tras la toma de posesión de dos nuevos miembros de su gabinete.
Se trata de Marie Chantal Dumay, ministra delegada del primer ministro encargada precisamente del saneamiento de las instituciones del Estado y de la lucha contra la corrupción y la impunidad, y Hervil Gaspard, ministro delegado a cargo de Solidaridad y Asuntos Humanitarios.
«Nos comprometemos a tomar medidas lo antes posible para favorecer la transparencia. Vamos a hacer un seguimiento inmediato para garantizar la participación de la población», declaró Conille, quien prometió que hará todo lo posible para restablecer la confianza de la ciudadanía en el Gobierno.
En un país que se enfrenta a problemas de seguridad, humanitarios y de recuperación económica, «tenemos un Estado que no entrega los bienes, que no presta servicios y que es incapaz de desempeñar su papel», denunció.
Conille, quien tomó posesión del cargo hace ocho días, consideró que «hay un problema de mala gobernanza y corrupción arraigado incluso en la estructura del Estado», que hace que sea «completamente ineficaz».
En su opinión, Haití necesita un Estado que no sea tolerante, que no admita la corrupción y que sea capaz de proyectar otro tipo de gobernanza y de Gobierno.
«La población debe tener la sensación de que hay un Estado que trabaja a su favor», afirmó Conille, quien anunció para los próximos días una serie de medidas para que todo esto cambie, como la reorganización de la distribución de tarjetas de débito y la elaboración de una estrategia nacional de lucha contra la corrupción, entre otras.
A su juicio, «el éxito de la transición está íntimamente ligado al restablecimiento de la confianza de la población en su Gobierno y en el Estado».
«Nos comprometemos a tomar medidas rápidas en materia de transparencia. Vamos a hacer un seguimiento (…) para garantizar que la opinión pública participe y entienda lo que estamos haciendo, por qué lo estamos haciendo y cómo podemos dar estas garantías», agregó.
Haití vive inmerso en una crisis multidimensional y una espiral de violencia a manos de las bandas armadas y a la espera de la llegada de la misión multinacional de apoyo a la seguridad, liderada por Kenia y que cuenta con el visto bueno de la ONU.