Gallos y galleros: un pasatiempo de grandes apuestas sujetas a caprichos y un reguero de cábalas

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Hay gallos manilos, de calidad, guapos, pendejos y agachones… los hay caros, muy caros. El gallerismo es un pasatiempo nacional, donde se apuestan cientos de millones de pesos. La palabra de un gallero es como palabra de ley; el que pierde, paga y luego va a tomarse unos tragos con su rival. La pelea termina en la valla o el coliseo. No pasa de ahí.

Esta práctica es asumida por peloteros, legisladores, hombres de negocios, personas muy humildes de tierra adentro, y todos los estratos sociales… hasta por presidentes. Se cuentan muchas anécdotas sobre dicha afición, que incluso llega a alcanzar categoría de Estado.

Políticos y partidos han tenido gallos como símbolos en la vida pública. Cada gallo tiene su espuela. Los galleros tienen múltiples supersticiones y cábalas: cualquier cosa puede ser la diferencia entre ganar o perder una pelea. Si un gallero se hizo un sueño o vio algo medio “raro”, prefiere no echar su gallo, al pensar en ese mal agüero. Si lo miraron mal o el gallo está inquieto, tampoco lo echa.

Un presidente dominicano, el cubano Manuel Jimenes González, era tan “fiebrú” que tenían que ir a la gallera a llevarle documentos para que los firmara. Luego, el país se dividió en dos trabas: los “coludos” y los “bolos“, es decir, horacistas y jimenistas. Los primeros tenían como símbolo un gallo rabú o coludo; los otros, un gallo bolo o sin rabo. Estaban, además, los colituertos (gallos cuyas plumas están agachadas, como caídas): la unión de Horacio Vásquez y Federico Velásquez. Joaquín Balaguer y su famoso gallo colorao

En el clásico libro de José María Pichardo, Gallos y galleros, aparecen crónicas y anécdotas gallísticas, que involucran a grandes galleros, empresarios y figuras públicas. Los Bonetti, Papá Pichardo, Tipo Ricart, Dr. Darío Contreras, Martín Moya, Julián Sued, Elías Brache hijo, Jaime Brugal…

Más recientemente, los Perelló, Edmond Elías, Quique Antún, Mon Diez, Raúl Mondesí, José Valverde, Starlin Castro, Erick Aybar, Aramis Ramírez, Víctor Valdemar Suárez, Walter Musa

Supersticiones y creencias

-Si el gallero pelea con la mujer, no va a la gallera, no echa la pelea.

-Si la luna estaba nueva, no se podía echar el gallo blanco, porque perdía…

-Se creía que un gallo giro no le ganaba a un cenizo.

-Si la pelea sale impar, no se echa.

-Si una escuadra está ganando las peleas, se le amarra la cola al gallo de la otra escuadra y lo tiran desde afuera, para que bote el “fucú”…

-Si los que están ganando son gallos blancos, se cree que gallos de otro color no ganan. Una vez, cinco gallos con cinta azul ganaron en línea; y el próximo gallero no apostó en la sexta pelea, porque su gallo era de otro color.

-Si la noche antes el gallo no duerme inquieto, no lo llevan a pelear.

-Luisín Jiménez tenía una novia que, cuando él estaba ganando en la gallera, perdía desde que ella lo llamaba.

-El gallo muerto no lo pueden llevar a la casa a cocinarlo, ni loco.

-Se creía que el canto del gallo en la mañanita era de buen augurio, pues alejaba la muerte y los demonios de la noche anterior.

-Se cree que hay galleros que no les ganan a otros galleros.

-Hay galleros que no ganan en determinadas galleras.

Te podría interesar:

-Si el gallo se manda, es porque hay un cobarde en la familia del gallero.

-Al gallo cobarde se le cierra la cola.

-Un gallero solo echaba peleas los lunes y ese día no podía ver la cara de personas bizcas: decía que eso le maldecía el gallo y perdía.

-Galleros usan ropa al revés cuando están en racha positiva.

-Si pelea con la mujer, mejor no va a la gallera.

-Si antes de la pelea le piden el gallo para cocinarlo si lo matan, entonces no lo echan, porque entiende que eso “azara”.

-El gallo blanco es casi siempre “hembra”, no es el favorito.

-El gallo tiene su acta de nacimiento y quién lo crió. Le ponen una placa.

-Antes, se usaban espuelas de carey; ahora son de plástico.

“El hombre cuando está en gallo, no piensa en mujer”, dice en el Mañanero tv el exdiputado Víctor Suárez, un gallero fogueado que cría gallos blancos, llamados “sicarios blancos”.

En Abriendo el Podcast, con Ricardo Rodríguez y Vian Araujo, el exlanzador José Valverde apunta que tiene un club de gallos y que llevaba hasta 15 millones de pesos a la gallera.

Una vez apostó 3 millones de pesos, pero afortunadamente el gallo entabló. En otra ocasión solo llegó a perder 100 mil pesos. Cuenta que se entretenía echando gallos para tapar su vacío existencial.

Vallas, galleras, anécdotas

Dice Pichardo que Lolo Bazil era tan fanático que, cuando su gallo picaba al otro, se emocionaba de tal manera que daba manotazos y codazos a los demás, por lo cual tuvieron que meterlo en un tanque para que no hiciera daño.

Un gobernador de Santo Domingo tenía fama de gallero de calidad, cuyos animales nunca se mandaban. Sin embargo, uno de ellos se mandó y alguien comentó: “¡Se huyó el manilo!”. Al otro día, mandó a buscar a la persona que hizo el comentario, y le dijo: “…mis gallos no se huyen, sino que se retiran; tenga cuidado cómo habla”.

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José Then tenía fama de perdedor… Un día, chocó y mató un perro camino a la gallera, y ese día ganaron todos sus gallos. A partir de entonces, buscaba un perro para destrozarlo antes de echar sus gallos.

Diógenes Durán recibe el apodo de “la racha”, porque cuando apostaba tenía una racha ganadora y otra perdedora. Ese apodo se le ha quedado…



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