El secretario de Transporte, Sean Duffy, generó reacciones encontradas al solicitar a los viajeros aéreos estadounidenses mejorar su vestimenta al volar, aunque encontró apoyo entre algunos pasajeros de aeropuertos de Nueva York.
“Creo que es un gran consejo, porque cuando te sientes bien con tu apariencia, te tratan mejor y tratas mejor a los demás”, afirmó Tamaya García, viajera de 48 años, quien respaldó el llamado de Duffy desde el Aeropuerto Internacional Liberty de Newark: “Intentemos no usar pantuflas y pijamas al venir aquí”.
García, residente de San Francisco que visitó Nueva York para celebrar Acción de Gracias con su hijo universitario de 20 años, explicó: “Siempre llevo maquillaje, siempre elijo un atuendo agradable. Me aseguro de tener el cabello limpio y arreglado”.

Incluso relató que se negó a permitir que su hija de 16 años abordara un avión con aspecto descuidado: “Quería ir al aeropuerto sin lavarse el cabello, sin maquillaje, con pantalones de pijama y una sudadera con capucha. Y le dije: ‘¡No, absolutamente no!'”.
Duffy también sumó a su causa a Melanie Cox, de 21 años, estudiante de la Universidad de Toledo que voló desde Michigan hasta Newark: “La gente debería vestirse bien para el aeropuerto, es divertido. Me gusta madrugar y arreglarme. Es un día largo y prefiero sentirme presentable; nunca sabes a quién puedes conocer”.
Kim y Tommy Scarpati, del condado de Monmouth, Nueva Jersey, viajaban con sus hijas pequeñas, Nia y Evie, luciendo conjuntos rosados brillantes a juego, con sus iniciales bordadas en las sudaderas.
Kim coincidió con la postura de Duffy respecto a los viajeros desaliñados, comentando: “No te estás mudando al aeropuerto”, y señaló que usaría un vestido de no ser por la “ropa práctica” requerida al viajar con niños.
“Soy una chica femenina”, afirmó al Post, añadiendo que le gusta sentirse “femenina y arreglada” durante sus vuelos.
Otra viajera, que se identificó solo como Elizabeth, llevaba pantalones blancos y un suéter beige antes de partir a Florida con su familia: “Siempre me visto así. Mi padre solía volar siempre con chaqueta”, recordó, y agregó: “Prefiero no salir de casa como si aún estuviera en pijama”.
Jillian Carter, de 32 años y originaria de Brooklyn, vestía completamente de negro rumbo a Atlanta: “Mi madre me enseñó que es importante lucir bien en público, especialmente en el aeropuerto”.
No obstante, otros pasajeros rechazaron abiertamente la propuesta de Duffy.
Mashenka “Dip” Clapp, de 28 años, consideró que el secretario “necesita conectar con la realidad” y que “perdió el norte” con su sugerencia.
“Debería ocuparse de sus asuntos y permitir que la gente esté cómoda, que encuentre su propia manera de hacer las cosas según su estilo de vida”, argumentó, y cuestionó: “Si alguien tiene un vuelo internacional largo y va a dormir todo el tiempo, ¿no es lógico llevar pijama?”.
Prince Green, quien se dirigía a República Dominicana para atender su cafetería, vestía camiseta negra, sudadera granate, pantalones deportivos grises y zapatillas cómodas.
“Estoy satisfecho con mi apariencia. Es muy cómodo. No tengo que quitarme el cinturón ni desatar zapatos; es rápido y práctico”, señaló, definiéndose como un “hombre sencillo”.
Aunque García compartió la opinión de Duffy, lamentó que vestirse de manera adecuada no sea algo natural para muchos.
“Creo que deberíamos ser civilizados por convicción propia, sin que nadie nos lo exija. Es una cuestión de respeto y aseo básicos”, reflexionó, aunque admitió que dedicar esfuerzo a su vestuario de viaje podría depararle sorpresas.
“Le dije a mi hija: ‘Soy madre soltera. Podría conocer a mi futuro esposo en un avión'”, concluyó entre risas.
REDACCIÓN FV MEDIOS


