Redacción.- Rickey Henderson, considerado uno de los mejores jugadores en la historia del béisbol y miembro del Salón de la Fama desde 2009, falleció a los 65 años, según medios internacionales.
Henderson, quien ostenta el récord de bases robadas en las Grandes Ligas, habría cumplido 66 años el próximo 25 de diciembre.
A lo largo de sus 25 temporadas en la MLB, Henderson dejó una huella imborrable al vestir los uniformes de equipos como Oakland Athletics, New York Yankees, San Diego Padres, New York Mets, Seattle Mariners, Boston Red Sox, Toronto Blue Jays, Anaheim Angels y Los Angeles Dodgers.
Nacido en Oakland y exalumno de Oakland Tech, fue seleccionado por los Athletics en la cuarta ronda del Draft de la MLB de 1976, debutando en las Grandes Ligas tres años después. En su primera temporada completa (1980), obtuvo su primera selección al Juego de Estrellas y se posicionó como uno de los jugadores más destacados de la liga.
En 1989, durante su segunda etapa con los Athletics, Henderson ayudó a su equipo a conquistar la Serie Mundial frente a los Gigantes de San Francisco. Dos años después, el 1 de mayo de 1991, rompió el récord de bases robadas de Lou Brock al alcanzar su robo número 939, un momento icónico que coronó levantando la base sobre su cabeza y proclamándose como «el más grande de todos los tiempos».
El legado de Henderson fue celebrado en múltiples ocasiones. En 2017, el campo del Oakland Coliseum fue renombrado «Rickey Henderson Field» en su honor, y en 2020, fue introducido al Salón de la Fama de los Deportes del Área de la Bahía.
La comunidad del béisbol llora la pérdida de una de sus figuras más icónicas, recordando no solo sus récords sino también su carisma y estilo único. Rickey Henderson deja un legado eterno en la historia del deporte.