La madrugada de este lunes representó un momento difícil para el equipo de Univision y para quienes conocieron a la periodista venezolana Patricia Fuenmayor. Luego de una dura etapa enfrentando una enfermedad, dejó de vivir, dejando una marca profunda tanto en la televisión en español como en quienes compartieron su camino.
Originaria de Maracaibo, en el estado Zulia, al noroeste de Venezuela, Fuenmayor nació en 1978. Desde muy joven mostró cualidades que la llevaron a representar a su estado en el concurso Miss Venezuela de 1997. En esa ocasión, logró destacarse al ubicarse entre las ocho semifinalistas.
Aquel evento fue solo el primer paso de una carrera que con el tiempo la posicionó como una de las voces más cercanas al público latino residente en Estados Unidos.
Su historia tomó un giro importante cuando su esposo, el cirujano plástico Jorge Safar, fue víctima de un secuestro en Venezuela. Esta situación llevó a la comunicadora a buscar un nuevo comienzo en la ciudad de Nueva York, donde se estableció junto a sus dos hijos, Sarah y Chini, y su madre. Como ocurre con muchas familias migrantes, llegaron con incertidumbre, esperanza y la intención de construir una vida distinta.
Ya en Estados Unidos, la televisión volvió a cruzarse en su camino. Aunque su primer contacto con Univision 41 no fue favorable “estaban buscando otro perfil”, la afectada no dejó de intentarlo.
Relataba entre lágrimas el momento en que, tras salir desilusionada de aquella reunión, viajó en tren hacia Connecticut sin saber que un año más tarde sería contactada por la misma cadena. Entonces, fue invitada a participar en un nuevo proyecto informativo: Edición Digital Nueva York.
“De ahí me agarré así, y no me he soltado”, dijo en una entrevista con Raúl González. Esa oportunidad se transformó para ella en un punto de apoyo emocional, laboral y personal. En un país donde a veces las oportunidades son escasas, aquella oferta marcó una diferencia real.
Próxima a cumplir 47 años el 18 de julio, la periodista solía celebrar cada nuevo año con agradecimiento. A sus 45, expresó en sus redes la alegría de llegar “sana, salva y un poquito más sabia a la mitad del cuarto piso”, una expresión que hoy adquiere un valor especial como ejemplo de fortaleza y entusiasmo.
Tras su partida, Univision se despide de alguien que no solo fue colega, sino también una figura que supo transformar situaciones difíciles en impulso, utilizar el micrófono como canal de conexión y reflejar historias que muchos sentían propias.
Hoy, su esposo, hijos y madre enfrentan un gran vacío. Sus compañeros del programa “Despierta América” fueron quienes confirmaron la noticia este lunes.
La comunidad hispana y los hogares que la seguían sienten la falta de una voz que sabía transmitir sin necesidad de levantar el tono. La historia de Fuenmayor quedará como ejemplo de coraje, sensibilidad y entrega por el periodismo, incluso en las circunstancias más complejas.