Santo Domingo.- “Cuando algunos de sus alumnos no se presentaba en el salón de clases, al segundo día de su ausencia, ella acostumbraba a ir a casa de los padres a indagar que le sucedió”.
Ese es uno de los testimonios escuchados entre sus cercanos, y el buen ejemplo que durante décadas dejó la ejemplar y dedicada maestra (r) de San Juan de la Maguana, Celeste Feliz Tejeda, quien falleció este sábado 7 de septiembre justo antes de cumplir sus 96 años edad, y luego de varios meses de quebranto de salud.
La profesora que impartió clases a varias generaciones, formó una hermosa familia con el doctor Nicolás Enrique Mateo Bautista (+), quien fuera juez de San Juan de la Maguana por 35 años, procreando cinco hijos profesionales: Ysabel, Henry, María Luisa, Carmen y Augusto.
Los restos de la distinguida maestra, quien el pasado año publicó el libro de poesía “Inspiración Divina”, serán velados en la Funeraria Blandino de la Avenida Abraham Lincoln a partir de este domingo 8 de septiembre a las 9:00 a.m. y, el lunes 9, sus familiares y allegados le rendirán culto en la Funeraria Fortuna de San Juan de la Maguana. Después del mediodía le darán cristina sepultura en el Cementerio Municipal de su ciudad natal.
Celeste, quien fue definida como una “Santa” entre sus familiares por dedicar su vida plena a servir, dar amor e irradiar paz entre quienes la conocieron y tuvieron la oportunidad de recibir el legado de su enseñanza, fue hija de Gerineldo Feliz, uno de los fundadores de Padre Las Casas, donde pasó parte de su infancia y luego culminó sus estudios secundarios en Azua, donde a partir de ahí incursionó en el magisterio.
Más adelante inició su vida laboral como directora de la Escuela de Las Yayas de Viajama; continuó como profesora en la Escuela Primaria Juan Pablo Duarte de Elías Piña, época que le permitió ser elegida como la reina de San Andrés, oportunidad que aprovechó para recaudar fondos para fines caritativos en esa comunidad.
En 1956, fue nombrada maestra en la Escuela Francisco del Rosario Sánchez de San Juan de la Maguana y más adelante en el Liceo Pedro Henríquez Ureña, lugares donde siguió alfabetizando y formando generaciones de jóvenes, muchos de ellos reconocidos por su trayectoria profesional, como fuera la periodista del HOY, Leonora Ramírez, quien en vida siempre la recordaba con distinción, al igual que otros. Paz a alma.