Es trascendente el anuncio que se acaba de hacer de que el Ministerio de Turismo ha dado inicio a una agenda para creación de Estrategia Nacional de Sostenibilidad
El momento es ahora. Un día más sería tarde para prevenir el lado oscuro que suele presentar el turismo cuando los destinos alcanzan la saturación.
Lo escribíamos recientemente: “Habiendo sido cumplida en 2023 la meta de los 10 millones de turistas al año, la nueva meta del país debería ser alcanzar que el número de turistas que nos visitan al año sea igual o superior a la población dominicana y esto representa un punto de inflexión que trae grandes desafíos”.
Y agregábamos: “Algunos de los países que han alcanzado esta meta han visto su turismo amenazado por exceso de visitantes y la no ejecución de un plan para manejar el gran flujo turístico, provocando lo que algunos denominan “turismofobia”, como resultado de una saturación de los servicios y de un cambio en el estilo de vida de la población”.
Por eso es tan trascendente el anuncio que se acaba de hacer de que el Ministerio de Turismo ha dado inicio a una agenda de encuentros con entidades públicas, privadas y de la cadena de valor del turismo, con miras a la creación de la Estrategia Nacional de Sostenibilidad para el Sector Turismo, con el apoyo de las Naciones Unidas para el Turismo, porque superada ya la meta de 10 millones de visitantes en el 2023, se requiere de «un mayor empeño y cuidado por nuestros recursos naturales, identidad cultural y el impacto que tendrán en las comunidades y su economía».
Es una tarea trascendente, de un peso (por la importancia que tiene el turismo para la República Dominicana) que nos obliga a todos, al sector privado y al sector público (es clave incorporar a este esfuerzo al Congreso, al Poder Ejecutivo, al Poder Judicial y a los municipios) a dar el apoyo necesario para que los responsables de cumplirla puedan llevarla a buen término.
Son muchos los temas que hay que trabajar, comenzando con la actualización del marco regulatorio, para asegurar que la avalancha de visitantes pueda ser recibida sin poner en riesgo nuestros recursos naturales y pueda ser asimilada por la infraestructura de servicios, asegurando la viabilidad del desarrollo turístico a largo plazo, al evitar que la actitud receptiva del dominicano deje espacio abierto a la hostilidad, empujada por un evitable deterioro en su estilo de vida.
Otros factores que deben formar parte de la estrategia de sostenibilidad son el fortalecimiento de la seguridad ciudadana y el mejoramiento de la movilidad y el transporte público del destino, así como fomentar la inversión en infraestructura de transporte más sostenibles, incluida la movilidad eléctrica tanto en el transporte público como privado, así como operar con vehículos de bajas emisiones, sean de uso colectivo o individual.
También es clave incorporación a los municipios a una buen gestión del destino con la implementación y cumplimiento de Ordenanzas Municipales, con el objetivo de mejorar la imagen y competitividad del destino y la calidad de vida de los residentes.
El asegurar la salubridad no debe quedar atrás. Las playas siempre deben estar limpias y se debe generar una campaña sobre el cuidado del borde costero marítimo, fluvial y lacustre, así como implementar un sistema de reciclaje y de compostaje.
Es recomendable aplicar el uso de técnicas ecológicas para reciclar aguas grises en sus servicios turísticos. Además, se debe implementar una gestión diferenciada de residuos sólidos para grandes productores, como supermercados y hoteles.
Debe haber, además, una buena gestión de las actividades para la apropiación del espacio público con identidad local, por parte de la comunidad.
La iniciativa del Ministerio de Turismo deberá abordar estos y otros temas a fin de asegurar que las presentes generaciones, habiendo sido beneficiarias del éxito deslumbrante de la industria sin chimeneas, cumplan con la responsabilidad de dejar a las futuras generaciones a salvo de las secuelas de la saturación los invaluables recursos con que cuenta el país.