La enfermedad de Parkinson, conocida por afectar principalmente
las habilidades motoras, es un trastorno
neurológico crónico y progresivo. Aunque muchos están
familiarizados con síntomas como temblores y rigidez muscular,
existen otros indicios menos evidentes que también resultan
significativos.
Cambios en el sentido del
olfato
Uno de los síntomas iniciales más comunes, pero a menudo
ignorado, es la pérdida parcial o total del sentido del
olfato. Antes de que aparezcan los problemas motores,
muchos pacientes reportan dificultad para percibir olores
cotidianos, como
el café o las flores. Este cambio, aunque sutil, puede ser una
señal temprana de los desequilibrios neuronales que caracterizan al
Parkinson.

Alteraciones del sueño
Muchas personas con Parkinson experimentan trastornos de
sueño REM, donde pueden agitarse, hablar en sueños o
incluso moverse bruscamente durante la fase de sueño profundo. Este
síntoma puede ocurrir años antes del diagnóstico y podría
confundirse con estrés o fatiga.
Además, es común la somnolencia diurna
excesiva, incluso después de haber dormido lo suficiente.
Esto puede deberse tanto al impacto de la enfermedad como a ciertos
medicamentos utilizados para manejarla.

Cambios emocionales y
psicológicos
La enfermedad de Parkinson no solo afecta al cuerpo, sino
también a la mente, porque los pacientes pueden presentar
depresión, ansiedad y cambios en el estado de
ánimo. Estas alteraciones no son simplemente reacciones
emocionales al diagnóstico; están relacionadas con los cambios en
los niveles de dopamina y serotonina en el cerebro. En algunos
casos, estos problemas emocionales preceden a los síntomas
motores.
Problemas digestivos y
urinarios
Aunque menos conocidos, los problemas gastrointestinales son
frecuentes, y el estreñimiento crónico es uno de
los primeros signos no motores de la enfermedad. Esto ocurre debido
a una ralentización en el funcionamiento del
sistema digestivo. Por otro lado, también pueden presentarse
dificultades para controlar la vejiga, manifestadas como urgencia
urinaria o dificultad para vaciarla por completo.
Cambios en el habla y
la escritura
Muchas personas con Parkinson experimentan alteraciones
en la voz, como una disminución en el volumen o una
pérdida de claridad al hablar. Este síntoma, conocido como
hipofonía, puede dificultar la comunicación. Asimismo, la escritura
puede volverse más pequeña o más difícil de leer, un fenómeno
conocido como micrografía.
Estos cambios, aunque sutiles al principio, tienden a progresar
con el tiempo. Por esa razón, es importante reconocerlos para
buscar ayuda profesional.
Alucinaciones y
delirios
En etapas más avanzadas, algunos pacientes experimentan
alucinaciones visuales o sensaciones de presencia,
como si alguien estuviera cerca cuando no es así. Aunque no son tan
comunes como otros síntomas, estas experiencias pueden ser
angustiantes y requieren atención médica especializada.
Fatiga y cambios en la
postura
El cansancio extremo también está relacionado
con el Parkinson, debido a que muchas personas sienten un
agotamiento inexplicable que no mejora con el reposo. Además,
pueden desarrollarse problemas posturales, como encorvamiento, que
interfieren en las actividades diarias y el equilibrio.

Reconocer
los síntomas para un diagnóstico temprano
Identificar estos signos menos conocidos puede ayudar a
diagnosticar la enfermedad de Parkinson de forma
temprana, lo que permite iniciar tratamientos que mejoren
la calidad de vida del paciente. Además del temblor y los problemas
motores, los síntomas no motores son, muchas veces, una ventana
hacia el diagnóstico precoz.
Tratamiento y calidad de
vida
Aunque el Parkinson no tiene cura, el manejo adecuado de sus
síntomas puede marcar una gran diferencia. Las terapias
multidisciplinarias, que incluyen fisioterapia, logopedia y
asesoramiento psicológico, son fundamentales para mejorar la
movilidad, la comunicación y el bienestar emocional.
El uso de medicamentos como la levodopa también es común, ya que
ayuda a suplir la falta de dopamina en el cerebro. En casos
avanzados, técnicas como la estimulación cerebral profunda pueden
ofrecer alivio a los síntomas incontrolables.
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