estos son los signos de alerta que no deben ignorarse

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El cáncer de esófago es una enfermedad que afecta al sistema digestivo y cuyos síntomas pueden confundirse con otros problemas de salud en la región del cuerpo. Por esta razón, es crucial conocer los signos tempranos de esta afección para poder detectarla a tiempo.

El papel del esófago en nuestro cuerpo

El esófago es un órgano que a menudo pasamos por alto, pero que desempeña un papel fundamental en nuestra vida diaria. Su función principal es transportar los alimentos y líquidos desde la boca hasta el estómago, donde son digeridos. Aunque no se habla mucho sobre el cáncer de esófago, esta enfermedad es más común de lo que se cree. Según el Instituto Nacional del Cáncer (INC), se registran alrededor de 5,000 nuevos casos de cáncer de esófago cada año en Francia, siendo el quinto cáncer digestivo más común en el país.

Existen diferentes tipos de cáncer de esófago, pero los dos más frecuentes son el adenocarcinoma y el carcinoma epidermoide. Estas formas de cáncer están estrechamente relacionadas con el consumo de alcohol y tabaco. Es importante destacar que la primera señal de alerta para cualquier tipo de cáncer es la alteración general del estado de salud, que puede manifestarse en forma de fatiga extrema y pérdida de apetito. Sin embargo, también existen signos tempranos que pueden indicar la presencia de cáncer de esófago.

Signos tempranos de cáncer de esófago

Uno de los primeros signos de alerta es la disfagia, que es una sensación de molestia al tragar alimentos, especialmente sólidos. Esto puede ir acompañado de una sensación de obstrucción detrás del esternón. Aunque esta señal no suele ser motivo de preocupación en las etapas iniciales del cáncer, puede volverse más evidente a medida que la enfermedad avanza. Por lo tanto, es importante prestar atención a cualquier dificultad para tragar y consultar a un médico rápidamente si se experimenta este síntoma.

La disfagia también puede provocar la pérdida de apetito y el consiguiente adelgazamiento del paciente. Otros síntomas que pueden indicar la presencia de cáncer de esófago incluyen la regurgitación, el hipo frecuente y el mal aliento. El reflujo gastroesofágico crónico también es un factor de riesgo notable. En casos más raros, el cáncer de esófago puede manifestarse con dolor en la parte superior del abdomen o en el pecho, cambios en la voz, tos al tragar, agrandamiento de los ganglios linfáticos en el cuello o encima de las clavículas, acumulación de líquido en el espacio pleural y sangrado digestivo que puede resultar en vómitos de sangre.

Cuándo consultar a un médico

Ante cualquier sospecha, es importante acudir al médico de cabecera o a un gastroenterólogo. Es fundamental no confundir un posible cáncer de esófago con una esofagitis, aunque los síntomas puedan ser similares, como ardor en la región epigástrica, regurgitación ácida, disfagia, tos y ronquera de la voz. En ocasiones, puede resultar complicado distinguir entre los signos digestivos que son evocadores del cáncer de esófago y los síntomas de otras enfermedades y problemas de salud en esta área del cuerpo. Por lo tanto, es necesario hablar con un profesional de la salud, quien podrá realizar una endoscopia en caso de ser necesario para obtener un diagnóstico preciso.

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Si se sospecha o se confirma la presencia de cáncer de esófago, el seguimiento médico incluirá un estudio de extensión con una tomografía computarizada. El tratamiento puede implicar quimioterapia, cirugía, radioterapia o endoscopia intervencionista, según el perfil del paciente y la evolución del cáncer. Es importante tener en cuenta que, en algunos casos, el cáncer de esófago puede ser silencioso, especialmente en las etapas precancerosas. Por esta razón, es fundamental estar atentos a los signos de alerta y buscar atención médica lo antes posible.

Prevención y concienciación

Si bien no se puede prevenir completamente el cáncer de esófago, existen medidas que pueden reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Limitar o evitar el consumo de alcohol y tabaco es fundamental, ya que estos hábitos están estrechamente relacionados con el cáncer de esófago. Además, mantener una dieta equilibrada y saludable, rica en frutas y verduras, puede ayudar a prevenir diversos tipos de cáncer, incluyendo el de esófago.

Es importante mantenerse informado y consciente de los signos de alerta del cáncer de esófago. Si se experimenta alguno de los síntomas mencionados anteriormente, es fundamental consultar a un médico para obtener un diagnóstico preciso. La detección temprana juega un papel crucial en el éxito del tratamiento y en la supervivencia a largo plazo. No ignoremos las señales que nuestro cuerpo nos envía y tomemos medidas para cuidar de nuestra salud digestiva.

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Veronica Pereira
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