Esto es lo que deben dejar de hacer las personas mayores de 50 años con asma, según los neumólogos

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El asma es una enfermedad crónica que afecta a un número considerable de personas mayores de 50 años en España. Aunque los avances médicos han permitido mejorar significativamente el tratamiento y control de esta condición, todavía existen algunas prácticas comunes entre los profesionales de la salud que pueden perjudicar los resultados de salud de este grupo de pacientes.

Un panel de expertos multidisciplinario, conformado por médicos de familia, neumólogos y alergólogos, se ha reunido recientemente para analizar las recomendaciones actuales sobre el manejo del asma en adultos mayores y establecer pautas sobre qué no se debe hacer en el diagnóstico, seguimiento, tratamiento y prevención de exacerbaciones. El objetivo es recordar a los médicos que tratan el asma en este segmento poblacional algunas prácticas que deben evitarse para lograr un mejor control de la enfermedad y prevenir complicaciones.

Lo que no se debe hacer en el diagnóstico del asma en mayores de 50 años

No diagnosticar solo con síntomas, realizar pruebas de función pulmonar

Una de las principales recomendaciones del panel de expertos es no diagnosticar el asma únicamente con base en los síntomas reportados por el paciente. Es fundamental realizar al menos una prueba objetiva de función pulmonar, como la espirometría, para confirmar el diagnóstico. Ignorar esta práctica puede llevar a un subdiagnóstico, especialmente en personas mayores, donde los síntomas pueden confundirse con otras enfermedades.

Tampoco se debe descartar el diagnóstico de asma si la espirometría inicial es normal. En algunos casos, las pruebas de función pulmonar pueden arrojar resultados dentro de los rangos normales, pero eso no excluye la posibilidad de asma. En estos casos, se recomienda derivar al paciente a una unidad especializada para realizar pruebas complementarias, como la prueba broncodilatadora o la provocación bronquial.

Explorar síntomas de rinitis asociada al asma

Otro aspecto importante que no se debe pasar por alto es la exploración de síntomas de rinitis en los pacientes mayores con sospecha de asma. Hasta el 71% de los asmáticos en España presentan también rinitis, y su adecuado tratamiento puede mejorar significativamente el control de la enfermedad respiratoria.

No descartar asma en adultos mayores

Existe cierta tendencia a considerar el asma como una enfermedad propia de la juventud, pero la realidad es que su prevalencia también es alta en mayores de 65 años, especialmente debido al envejecimiento de la población. No se debe descartar el diagnóstico de asma en adultos mayores cuando presentan síntomas compatibles, ya que esto puede tener importantes consecuencias en su morbimortalidad, calidad de vida y consumo de recursos sanitarios.

¿Cómo hacer un seguimiento adecuado del asma en mayores de 50 años?

Registrar síntomas, exacerbaciones y uso de medicación

Una de las prácticas que no se debe omitir en el seguimiento del asma en adultos mayores es el registro detallado de los síntomas, exacerbaciones y uso de medicación de rescate por parte del paciente. Esta información es clave para evaluar el grado de control de la enfermedad y realizar los ajustes terapéuticos necesarios.

Valorar el control y ajustar el tratamiento

Asimismo, no se debe mantener indefinidamente el mismo tratamiento sin evaluar periódicamente el control del asma. Es fundamental determinar, en un plazo razonable, si el paciente requiere escalar, desescalar o mantener el nivel de terapia farmacológica, en función de los dominios de control actual y de riesgo futuro.

Explorar creencias y conocimientos del paciente

Otro aspecto que no se debe pasar por alto en el seguimiento es la exploración de las creencias y conocimientos del paciente mayor sobre su enfermedad. Muchos de ellos no perciben el asma como una condición crónica relevante y tienden a utilizar la medicación de rescate en lugar de la de mantenimiento. Abordar estas concepciones erróneas es fundamental para mejorar la adherencia al tratamiento.

Analizar posibles agravantes

Finalmente, no se debe atribuir directamente un mal control del asma a un tratamiento insuficiente sin antes haber evaluado la presencia de posibles agravantes, como el tabaquismo, la exposición laboral a irritantes, la presencia de alérgenos ambientales o la existencia de comorbilidades.

Pautas para un tratamiento eficaz del asma en mayores de 50 años

No tratar solo con broncodilatadores de rescate

Una de las prácticas que no se debe realizar en el tratamiento del asma en adultos mayores es la utilización exclusiva de broncodilatadores de acción corta (SABA) como terapia única. Estos medicamentos solo alivian los síntomas de manera temporal, pero no controlan la inflamación subyacente de la enfermedad. Por lo tanto, es imprescindible incorporar corticoides inhalados como tratamiento de mantenimiento.

No retirar los corticoides inhalados

Siguiendo esta misma lógica, tampoco se deben retirar los corticoides inhalados del tratamiento de mantenimiento en pacientes mayores de 50 años. Estos fármacos son fundamentales para controlar la inflamación crónica y prevenir las exacerbaciones, por lo que su suspensión podría conllevar un deterioro del control de la enfermedad.

No usar broncodilatadores de larga duración sin corticoides

Otro error que no se debe cometer es utilizar broncodilatadores de acción prolongada como monoterapia, sin asociarlos a corticoides inhalados. Estos medicamentos deben emplearse en combinación con los corticoides para lograr un adecuado control del asma.

No suspender tratamiento en embarazadas y cardiópatas

En el caso de pacientes mayores con asma que además presentan comorbilidades como embarazo o enfermedad cardiovascular, no se debe suspender el tratamiento antiasmático. Por el contrario, es fundamental mantener un adecuado control de la enfermedad respiratoria, ya que su descompensación puede tener graves consecuencias en estos grupos vulnerables.

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No aumentar dosis sin verificar adherencia y técnica inhalatoria

Antes de escalar la dosis de medicación antiasmática en adultos mayores, es importante verificar primero que el paciente está adherido al tratamiento y realiza correctamente la técnica inhalatoria. De lo contrario, el aumento de dosis podría ser innecesario y exponer al paciente a efectos adversos.

Derivar a especialista si asma no está controlada

Finalmente, no se debe retrasar la derivación a un neumólogo o alergólogo cuando el asma del paciente mayor de 50 años no logra controlarse adecuadamente con los recursos del primer nivel de atención. Contar con la valoración de un especialista es clave para optimizar el manejo de esta población.

Foto Freepik

Estrategias para prevenir exacerbaciones en mayores de 50 años con asma

Explicar diferencia entre medicación de control y rescate

Una práctica que no se debe omitir en la prevención de exacerbaciones en pacientes mayores con asma es explicarles claramente la diferencia entre la medicación de control a largo plazo y la de alivio rápido. Muchos adultos mayores tienen conceptos erróneos sobre el uso de estos fármacos, priorizando los broncodilatadores de rescate en lugar de los corticoides inhalados.

No olvidar medidas de evitación de alérgenos

Otro aspecto que no se debe pasar por alto en este grupo etario es la implementación de medidas de evitación de alérgenos ambientales. Esto es fundamental para el control del asma de origen alérgico, tan prevalente en los adultos mayores.

No desaconsejar la actividad física

Por último, no se debe desaconsejar la realización de ejercicio físico a los pacientes mayores de 50 años con asma estable o bien controlada. Por el contrario, se les debe motivar a mantenerse activos, ya que la evidencia demuestra que el ejercicio regular aporta beneficios en esta población.

Consideraciones adicionales durante la pandemia de COVID-19

Más allá de las recomendaciones generales sobre el manejo del asma en adultos mayores, es importante tener en cuenta algunas consideraciones específicas en el contexto de la pandemia por COVID-19:

No suspender pruebas de función pulmonar

No se debe dejar de realizar pruebas objetivas de función pulmonar, como la espirometría, para el diagnóstico o seguimiento del asma en pacientes mayores, siempre y cuando se puedan llevar a cabo en condiciones de seguridad y siguiendo los protocolos establecidos.

No suspender tratamiento de mantenimiento

Asimismo, no se debe suspender el tratamiento de mantenimiento del asma, incluyendo los fármacos biológicos en pacientes con asma grave. Es fundamental mantener el control de la enfermedad respiratoria durante la pandemia.

Vacunar contra COVID-19

Por último, no se debe dejar de poner la vacuna contra la COVID-19 en los pacientes mayores de 50 años con asma, ya que es una medida clave para prevenir esta enfermedad y sus complicaciones en este grupo vulnerable.

En resumen, el manejo adecuado del asma en adultos mayores de 50 años requiere evitar una serie de prácticas que, si bien pueden ser comunes, no se recomiendan según las guías y el consenso de expertos. Seguir estas pautas es fundamental para lograr un mejor control de la enfermedad, prevenir exacerbaciones y mejorar la calidad de vida de este grupo de pacientes.

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Dany Levito
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