Desde tiempos inmemoriales, los tatuajes han fascinado a la humanidad como una forma de expresión personal, identidad cultural y recuerdos permanentes. Hoy en día, alrededor del 15% de la población mundial cuenta con al menos un tatuaje, una cifra que se duplica en menores de 35 años. Sin embargo, el proceso de tatuarse no es tan sencillo como parece. Existen varios aspectos cruciales que se deben considerar antes de dar el paso y marcarse la piel con un diseño permanente.
Asegúrate de estar 100% seguro/a de querer un tatuaje
Antes de dar el paso, es fundamental que te hagas una pregunta fundamental: ¿Realmente quiero un tatuaje permanente? Un tatuaje no es algo que puedas borrar fácilmente, así que debes estar completamente convencido/a de querer llevar ese diseño en tu piel de por vida. Piensa detenidamente en el significado que tiene para ti, el tamaño que deseas y la ubicación exacta en tu cuerpo.
Recuerda que, a diferencia de un tatuaje de henna que se desvanece con el tiempo, un tatuaje real es una marca indeleble en tu piel. Por lo tanto, es crucial que estés 120% seguro/a de querer ese diseño antes de proceder. Un buen tatuador se encargará de escuchar atentamente tus dudas y asegurarse de que estás completamente convencido/a antes de comenzar el trabajo.
Prepárate para soportar el dolor
Uno de los aspectos más temidos por quienes se plantean hacerse un tatuaje es el dolor que conlleva el proceso. Y es que, a fin de cuentas, las agujas penetran la piel entre 80 y 150 veces por segundo, lo que puede resultar bastante incómodo e incluso doloroso.
Sin embargo, la sensación de dolor puede variar considerablemente de una persona a otra, dependiendo de tu umbral de tolerancia. Algunos lo describen como una intensa raspadura de piel, mientras que otros lo encuentran simplemente molesto o irritante. La clave está en estar mentalmente preparado/a y saber que el dolor, aunque puede ser intenso, es transitorio.
Si eres una persona con baja tolerancia al dolor, te recomendamos que consideres hacerte el tatuaje en una zona menos sensible, como la cadera. Y recuerda, ¡puedes pedir pausas durante el proceso si lo necesitas!
Elige con cuidado el lugar y el artista
Una vez hayas decidido que quieres un tatuaje, el siguiente paso es elegir el lugar y el artista adecuados. Hoy en día, existe una amplia variedad de estilos y técnicas de tatuaje, por lo que es importante investigar qué artista se especializa en el estilo que deseas.
Además, debes tener en cuenta que algunos colores, como el rojo, pueden causar más alergias. Por lo tanto, es recomendable evitar estos tonos, especialmente si tu piel es propensa a reacciones alérgicas. Mientras más tinta se utilice, mayor será el riesgo de alergia o rechazo.
Pero la elección del artista no se limita solo al estilo. También debes asegurarte de que trabaja en un lugar conocido, con altos estándares de higiene y que utiliza agujas y guantes nuevos con cada cliente. Recuerda que un tatuaje barato puede salir muy caro si no se realiza en las condiciones adecuadas.
Prepárate para los cuidados posteriores
Una vez que hayas superado la etapa de la elección del diseño y el artista, llega el momento de prepararte para los cuidados posteriores al tatuaje. Y es que, a pesar de que el tatuaje es una marca permanente, la piel tatuada requiere de un proceso de curación y cuidados especiales.
Durante los primeros días, la piel pasará por una etapa inflamatoria y exudativa, en la que solo se podrá lavar con agua y jabón neutro. Posteriormente, deberás hidratar abundantemente la zona para mantener un buen aspecto del tatuaje.
Además, es crucial proteger la piel tatuada del sol, ya sea evitando la exposición, cubriéndola o utilizando un protector solar de alto factor. La luz ultravioleta puede causar que el tatuaje pierda color y brillo.
Recuerda que el proceso de curación puede tardar aproximadamente una semana, dependiendo del tamaño y la ubicación del tatuaje. Durante este tiempo, es importante seguir al pie de la letra los consejos de tu tatuador para asegurar una cicatrización adecuada.
Considera los posibles riesgos y reacciones
Si bien los tatuajes se han convertido en una práctica cada vez más común y segura, existen ciertos riesgos y reacciones que debes tener en cuenta. El principal riesgo es la posibilidad de contraer enfermedades como el VIH o la hepatitis, si las agujas utilizadas no están debidamente esterilizadas.
Otro problema potencial es las reacciones alérgicas a los pigmentos utilizados, especialmente a los colores rojos, naranjas y amarillos. Estas reacciones pueden ir desde un pequeño sarpullido hasta una herida abierta e infectada.
Además, es importante tener en cuenta que no se recomienda tatuar sobre lunares, ya que esto puede dificultar la detección de cambios importantes, como la aparición de un melanoma. Si tienes múltiples lunares o nevos atípicos, es mejor evitar tatuajes en esas áreas.
Planifica tu agenda y evita actividades peligrosas
Una vez que hayas recibido tu tatuaje, es crucial que planifiques tu agenda y evites actividades que puedan poner en riesgo la curación. Por ejemplo, no debes beber alcohol ni consumir drogas durante las 24 horas previas al tatuaje, ya que pueden afectar la coagulación de la sangre y dificultar el proceso.
Además, es recomendable descansar bien y alimentarte adecuadamente antes de tu cita, para estar en las mejores condiciones físicas y mentales. Recuerda que el tatuaje conlleva un desgaste considerable, por lo que necesitarás estar relajado/a y con energía.
Una vez que tengas tu tatuaje, evita exponerlo al sol, la piscina, el jacuzzi y la práctica de deportes de contacto durante al menos una semana. Estas actividades pueden retrasar la curación o incluso dañar el diseño.
Elige bien tu acompañante
Muchas personas prefieren llevar a un acompañante durante su sesión de tatuaje, ya sea para brindar apoyo moral o simplemente para compartir la experiencia. Sin embargo, es importante elegir cuidadosamente a esa persona.
Evita traer a alguien que pueda ponerte nervioso/a o que no apruebe tu decisión de tatuarte. En su lugar, opta por alguien que te transmita seguridad, confianza y te ayude a relajarte durante el proceso. Recuerda también que algunos tatuadores pueden no permitir la presencia de acompañantes, así que asegúrate de consultar con ellos antes.
Además, es importante que tu acompañante respete el espacio y las indicaciones del tatuador. No permitas que toquen o manipulen los elementos del estudio sin autorización, ya que podrían causar daños o generar un ambiente incómodo.
Aprende a cuidar tu tatuaje durante la curación
Una vez que hayas superado la etapa del tatuaje en sí, llega el momento de enfocarte en los cuidados durante la curación. Este proceso puede tardar aproximadamente una semana, durante la cual deberás seguir al pie de la letra las indicaciones de tu tatuador.
Durante los primeros días, evita lavar la zona con agua y jabón, y en su lugar, utiliza únicamente una solución salina o un producto especial para tatuajes. Posteriormente, deberás hidratar abundantemente la piel con una crema o loción adecuada, sin excederte.
Además, protege el tatuaje del sol durante todo el proceso de curación, ya que la exposición a los rayos UV puede causar que el diseño pierda color y brillo. Si es necesario, cubre la zona con ropa o utiliza un protector solar de alta protección.
Es importante que mantengas la zona limpia y seca, evitando tocarla o rascarte. Cualquier signo de irritación, hinchazón o infección, deberás consultar de inmediato con tu tatuador o un profesional de la salud.
Considera la posibilidad de remover el tatuaje
Aunque los tatuajes se han vuelto cada vez más populares y aceptados, es posible que en algún momento decidas querer remover uno o más de tus tatuajes. Afortunadamente, hoy en día existen técnicas efectivas para eliminar diseños no deseados.
El método más eficaz es el láser ultrapulsado, que rompe los pigmentos en micropartículas que luego son eliminadas por el sistema linfático. Este proceso, si bien puede ser costoso y doloroso, te permitirá deshacerte de un tatuaje que ya no quieres.
Es importante tener en cuenta que el número de sesiones necesarias para remover un tatuaje dependerá de factores como el tipo de tinta utilizada, la profundidad del diseño, la ubicación en el cuerpo y los colores empleados. Los tatuajes de tinta negra suelen ser más fáciles de eliminar que aquellos con colores vivos.
Si bien la remoción de tatuajes puede ser una solución, es siempre mejor pensar detenidamente en el diseño que deseas antes de tatuarte. Recuerda que, una vez en tu piel, será difícil y costoso deshacerte de él.
Mantén una actitud positiva y disfruta del proceso
Finalmente, es importante que mantengas una actitud positiva y disfrutes de la experiencia de tatuarte. Si bien puede haber momentos de nerviosismo o dolor, recuerda que este es un proceso que te permitirá expresar tu personalidad y crear un recuerdo permanente en tu piel.
Confía en tu tatuador, sigue sus instrucciones al pie de la letra y mantén una comunicación abierta con él/ella. Esto te ayudará a sentirte más cómodo/a y a que el resultado final sea el que has soñado.
Recuerda también que el tatuaje es una forma de arte y que, como tal, debe ser apreciado y disfrutado. Tómate tu tiempo para elegir el diseño perfecto, que tenga un significado especial para ti, y disfruta del proceso de crearlo en tu piel.