
Donde Max Verstappen en Hungría aún declaraba que no esperaba ganar ninguna carrera más, el tema de conversación pocas semanas después del parón veraniego es completamente distinto. Tras convincentes actuaciones en Monza y Bakú, una de las preguntas más repetidas en el paddock de la Fórmula 1 es de repente: ¿puede Verstappen plantar cara a McLaren en la pelea por el título de este año?
El gráfico al final de este artículo muestra que Verstappen —también en cuanto a ritmo puro de carrera— ha sido el piloto más rápido en pista en dos ocasiones en las últimas semanas, algo que en los meses anteriores solo había sucedido en Suzuka, Ímola y también en Yeda (donde no ganó debido a una sanción de tiempo).

El reciente repunte se explica, según miembros del equipo, por varios factores. En primer lugar, el método de trabajo en Red Bull ha cambiado ligeramente: ya no se siguen los datos de forma ciega y el feedback del piloto tiene ahora un papel mayor. En segundo lugar, la experiencia acumulada con el RB21 permite, según Verstappen, aprovechar mejor el conocimiento para encontrar la ventana de puesta a punto ideal, por pequeña que sea.
Y, en tercer lugar, un factor nada menor: el nuevo suelo. Red Bull estrenó en Monza una evolución en el suelo del coche y, según Helmut Marko, no solo aportó rendimiento puro, sino que también mejoró el equilibrio y amplió ligeramente la ventana de trabajo del monoplaza.
Tras la victoria en Monza, surgió la duda de hasta qué punto aquel rendimiento era específico del circuito, una cuestión que Laurent Mekies retomó tras el GP de Azerbaiyán. “Algunas de las cosas positivas que ya vimos en Monza, volvimos a verlas en Bakú —sobre todo en las curvas lentas. En Bakú tienes casi únicamente curvas lentas combinadas con baja carga aerodinámica. Esa combinación funciona bien para nosotros”, explicó el francés a Motorsport.com. “En ese sentido, las características del circuito son algo diferentes a Monza, y eso es lo más positivo para nosotros”.
Más de tres décimas de margen en Azerbaiyán
El gráfico inferior muestra el ritmo medio por vuelta en Bakú y confirma que Verstappen estuvo en otra liga. La ventaja sobre George Russell fue de más de tres décimas por giro, aunque cabe matizar que esas cifras no son del todo representativas. McLaren y Ferrari, en teoría —también a juzgar por lo visto el viernes—, deberían ser más rápidos de lo que reflejan los datos. Sin embargo, ambos equipos sufrieron en clasificación. Como seguir y adelantar resultó muy complicado en el circuito urbano de Bakú, McLaren (Norris) y Ferrari quedaron prácticamente toda la carrera atrapados en aire sucio y no pudieron mostrar su verdadero ritmo.
Mekies comparte esa lectura: “Comparados con George Russell es bastante fácil calcularlo. Creo que fuimos unas pocas décimas por vuelta más rápidos, pero no mucho más que eso. En clasificación la diferencia tampoco fue mayor de dos décimas”.
En el caso de McLaren, el análisis es más complicado: “McLaren es difícil de evaluar, ya que nunca tuvieron aire limpio. El viernes por la mañana, el viernes por la tarde y el sábado por la mañana los vimos muy rápidos por momentos. Por eso nunca sabremos cuál era realmente su ritmo de carrera, pero no tenemos margen para relajarnos”.
Calor, alta carga aerodinámica y circuito urbano: el reto de Singapur
Que “no hay margen para relajarse” es cierto porque el próximo fin de semana llega la prueba definitiva: el GP de Singapur. Sobre el papel, reúne varios elementos que no favorecen a Red Bull: un circuito urbano con baches y un trazado que exige una configuración de alta carga aerodinámica. Marko añadió con una sonrisa: “No es solo que requiera máxima carga aerodinámica, es que allí siempre hace un calor terrible… y ese es otro aspecto que a nuestro coche no le gusta. Por eso Singapur será la verdadera prueba”.
El calor, de hecho, es clave, ya que en Red Bull los neumáticos traseros tienden a sobrecalentarse relativamente rápido, mientras que McLaren destaca precisamente en ese aspecto. En Monza y Bakú ese factor tuvo poca influencia por el menor desgaste de gomas, pero en Singapur volverá a ser determinante.
“Vamos ahora a Singapur y allí los parámetros son muy diferentes”, señaló también Mekies. “Sigues teniendo curvas lentas, pero es máxima carga aerodinámica. En Budapest sufrimos bastante con eso, y en realidad ya desde antes. Las temperaturas de pista serán mucho más altas y sabemos lo sensibles que somos a ello… de hecho, casi toda la parrilla lo es”.
¿Repetirá Red Bull el desastre de Budapest?
Ya que Mekies menciona Budapest, resulta interesante mirar los datos de más abajo —en particular la línea azul de Red Bull. El gráfico muestra que en Hungría Red Bull perdió más de un segundo por vuelta (1.09) frente a McLaren en un circuito relativamente corto. Fue un déficit enorme, el mayor de toda la temporada en ritmo puro después de Austria y Gran Bretaña. Hay que recordar que Austria no es representativo, ya que los datos provienen de Yuki Tsunoda, pues Verstappen fue eliminado en la primera vuelta tras el toque con Andrea Kimi Antonelli.
Budapest fue, por tanto, uno de los puntos más bajos de la temporada para Red Bull y Hungaroring era el último circuito de alta carga antes de Singapur. Además, allí suele hacer calor en verano, lo que añade otro factor común.
Todo ello subraya el enorme reto que afronta Red Bull la próxima semana, y lo precipitado que sería sacar conclusiones sobre la lucha por el título basándose en dos victorias en circuitos de baja carga aerodinámica. Singapur será en todos los sentidos la prueba real, especialmente teniendo en cuenta los datos de Budapest.
Esto convierte al próximo GP en una incógnita. También para Red Bull, aunque Mekies confía en que no se repetirá el escenario desastroso de Hungría: “Es realista decir que desde la carrera en Budapest hemos encontrado algo más de rendimiento con el coche. No creo que Singapur sea una repetición de Budapest, tengo algo más de confianza. Pero ¿será suficiente para luchar por la victoria? Eso es imposible de decir. No tenemos ningún elemento objetivo para asegurar si lo será o no. Pero no será como Budapest”.
Marko ya comentó en esta web que Red Bull sabía en Hungría lo que había hecho mal, pero que durante el fin de semana —bajo el parc fermé— no podía corregirse. Si a eso se le suma el progreso de las últimas semanas, Singapur será también para Red Bull una referencia clave para medir hasta qué punto es real la mejora reciente en diferentes tipos de circuitos.
“Aceptamos encantados el reto de Singapur. Es un trazado que durante muchos años ha sido muy complicado para el equipo”, recordó Mekies, señalando que Verstappen nunca ha ganado allí. Incluso en el dominante 2023, la cita de Singapur fue una piedra en el zapato. “En el contexto de lo que queremos aprender, será muy interesante ver qué deja de funcionar de repente allí y qué sí puede seguir funcionando”.
El GP de Singapur será, por tanto, no solo una prueba para que el exterior juzgue si Verstappen puede volver a tener opciones en la pelea por el título, sino también un test fundamental para Red Bull. Un fin de semana que debería aportar respuestas. El año pasado, bajo los focos, Lando Norris dominó, aunque Verstappen terminó segundo a veinte segundos del británico, por delante de Oscar Piastri.


