Las PFAS son químicos que han contaminado el agua que podrían estar bebiendo millones de personas, por lo cual el gobierno del presidente Joe Biden busca reducir sus efectos con una inversión de $9,000 millones de dólares para mejorar las instalaciones de suministro.
Esta semana, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) anunció la primera norma nacional de agua potable legalmente exigible para PFAS, una regla que alcanzaría a unos 100 millones de personas.
Las PFAS son las siglas en inglés para sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, las cuales pueden estar presentes en agua, suelo, aire y alimentos.
Según la EPA, estas sustancias también se hallan en sistemas públicos y privados de agua potable, por lo que se debe hacer un monitoreo constante para intentar erradicarlas.
Su efecto en la salud es lento, pero puede contribuir a enfermedades crónicas, incluidos problemas en los riñones, altos niveles de colesterol, afectar el sistema inmunológico, algunos tipos de cáncer e incluso afectar el peso de un bebé al nacer.
La Administración Biden anunció la inversión de mil millones de dólares a través de la agenda Invertir en Estados Unidos, para ayudar a todos los estados y territorios a financiar sistemas de detección y tratamiento de PFAS, a fin de cumplir con el nuevo estándar de EPA.
“Un financiamiento adicional de $12,000 millones de la Ley de Infraestructura Bipartidista respalda inversiones generales en agua potable, incluido el tratamiento de PFAS”, indica la Casa Blanca en un documento. “Las inversiones son parte de la Iniciativa Justice40, cuyo objetivo es garantizar que el 40 por ciento de los beneficios generales de ciertas inversiones federales fluyan hacia las comunidades desfavorecidas”.
Algunos ejemplos de agua contaminada
Como ejemplo de las comunidades que recibirán ayuda, la Administración Biden menciona Oakdale, en las afueras de St. Paul, Minnesota, donde una planta de productos químicos ha vertido desechos que contienen PFAS en una zona que ha contaminado el agua.
“En esta zona se descubrió que el cáncer era una causa mucho más probable de muerte en niños que en zonas vecinas”, indica el reporte como una de las consecuencias de la contaminación.
También se incluye una subvención de $33 millones para Tucson, Arizona, para tratar sus pozos de agua potable contaminados.
La nueva regla de EPA establece salvaguardias de salud y requerirá que los sistemas públicos de agua monitoreen y reduzcan los niveles de PFAS, además de reportar los análisis que apliquen.
“La norma establece límites en el agua potable para cinco PFAS individuales, incluidos el PFOA y el PFOS que se encuentran con mayor frecuencia”, indicó el gobierno. “Debido a que los PFAS a menudo se pueden encontrar juntos en mezclas, la EPA también está estableciendo un límite para cualquier combinación de cuatro PFAS, incluidos los productos químicos GenX”.
Los químicos GenX, explica EPA, con el ácido dímero de óxido de hexafluoropropileno (HFPO) y su sal de amonio.
Un esfuerzo integral
Los recursos económicos se obtienen de la Ley Bipartidista de Infraestructura, la cual contempla inversiones por más de $50,000 millones en infraestructura hídrica.
“Esto incluye una suma histórica de 15 mil millones de dólares para reemplazar tuberías de plomo tóxicas y proteger a los niños del daño cerebral”, acota el informe.
