Santo Domingo.- En un ambiente marcado por una tensión moderada, la llegada inesperada de la esposa de Carlos Montesquieu alteró el ritmo habitual de La Casa de Alofoke 2, generando un giro emocional que captó la atención tanto del equipo como de los seguidores que se mantenían conectados a la transmisión en curso del formato digital.
La escena comenzó cuando Carlos, visiblemente desconcertado, preguntó en varias ocasiones “¿Quién?”, mientras observaba a su pareja cruzar la puerta con paso firme. Su reacción dejó ver que la sorpresa fue completa y que el desplazamiento de ella hasta el lugar parecía haber ocurrido de manera inmediata y con un objetivo claro.
El momento tomó un matiz más íntimo cuando Johanna, sin elevar su tono de voz, expresó la frase “Báñate para que hablemos”. Carlos recibió esas palabras con una mezcla perceptible de alivio y nervios, antes de cuestionar cómo ella había logrado llegar “tan rápido” al recinto donde se desarrollaba la dinámica del proyecto.
La esposa explicó que se desplazó acompañada de un tío y un doctor, señal que reflejó la urgencia con la que tomó la decisión de acudir al lugar. Indicó que la motivación principal surgió a partir de la preocupación que generaron en su entorno las declaraciones recientes de Carlos, quien había comunicado su intención de tomar un descanso.
Ante la mirada fija de Johanna, Carlos escuchó cómo ella mencionaba la cantidad de mensajes que había recibido desde que él expresó sentirse agotado. También le recordó los esfuerzos externos que lo impulsaban a mantenerse activo, especialmente aquellos vinculados a las dinámicas del Super Chat que formaban parte constante del proyecto.
Carlos respondió afirmando que no estaba hablando de una renuncia definitiva, sino del cansancio acumulado luego de semanas sin pausa. Explicó que las jornadas diarias propias del formato, combinadas con otros compromisos, lo habían llevado a un punto en el que necesitaba reorganizarse tanto en lo emocional como en lo laboral para continuar.
Johanna insistió en que él no debía restarse valor, enfatizando que muchos dominicanos lo respaldan con constancia. Indicó que el compromiso de los usuarios podría orientarse a acompañarlo hasta las últimas etapas del reality, aunque Carlos expresó dudas sobre esa posibilidad y sobre las expectativas que podían surgir alrededor de su permanencia.
La conversación, captada por las cámaras sin interrupciones, dejó ver el contraste entre el desgaste personal de Carlos y el impulso que mantiene su audiencia. Todo ocurrió mientras la producción observaba cómo este encuentro podría influir, desde ahora, en su permanencia dentro del formato y en las dinámicas internas que sostienen el desarrollo diario del proyecto.