Al menos 22 personas han fallecido a consecuencia del paso de Boris, un temporal que está azotando el centro y este de Europa. Las lluvias han causado daños en varios países y se han cobrado vidas en Austria, Polonia, República Checa y Rumanía. Los mandatarios de las zonas checas más afectadas han descrito la situación como “apocalipsis”.
El país que más fallecidos registra hasta el momento es Rumanía, donde siete personas han muerto. Las autoridades han declarado el estado de alerta en el condado de Galatsi.
En algunas zonas se han llegado a registrar hasta 170 milímetros de lluvia en apenas doce horas, lo que en el país suele ser lo acumulado tras varios meses. Más de 5.000 viviendas se han visto afectadas y se han dispuesto campamentos para albergar a los desplazados.
Por su parte, Austria ha sumado este martes otros tres fallecidos, elevando el balance provisional a seis. La zona más afectada es el noreste, si bien las autoridades celebran que la situación ha mejorado “gradualmente” y el nivel de agua de los ríos ha comenzado a disminuir.
Otro de los países más sacudidos por el temporal es Polonia, que suma seis fallecidos. Las lluvias han provocado daños en diques y puentes. En la localidad evacuada de Nysa, los vecinos junto a bomberos y militares han participado en las labores de reparación de un dique que, de quebrarse, provocaría la inundación del centro de la ciudad.
Aunque las cifras oficiales en Polonia se sitúan en seis fallecidos, desde la ciudad de Klodzko apuntan a que podría haber ya al menos una decena. En medio de la catástrofe climatológica, varios delincuentes han aprovechado la situación para saquear tiendas y comercios, lo que ha provocado que el primer ministro, Donald Tusk, haya ordenado reforzar la seguridad.
Finalmente, en República Checa las autoridades han confirmado el fallecimiento de tres personas, mientras que otras tantas podrían seguir desaparecidas.
En otros países de la zona, como en Hungría, también se han registrado incidentes. Incluso el primer ministro, Viktor Orbán, anunció la suspensión de sus “obligaciones internacionales” para centrarse en la situación en el país.